En las tierras del actual Parque Nacional Los Alerces, situado en la provincia de Chubut, hace unos 2.630 años brotó el retoño de un árbol que aún se mantiene en pie, imponente. Se trata del Alerce Abuelo, el árbol más antiguo de la Argentina y el segundo en todo el mundo, una maravilla de la Patagonia argentina.
Desde la pasarela que cruza el río Arrayanes, en la desembocadura del Lago Verde, es necesario caminar unos mil metros para llegar a Puerto Chucao. Allí, un catamarán navega por las aguas verdes del lago Menéndez, hasta llegar finalmente al alerzal: el bosque donde los alerces conviven con arrayanes, lianas y orquídeas salvajes, a orillas del Río Cisne.
Características del segundo árbol más viejo del mundo
Entre todos los alerces, el Abuelo se destaca con sus 57 metros de alto e impresionantes 280 centímetros de diámetro. Es el segundo árbol certificado más longevo del planeta, detrás del Pinus Longaeva que se encuentra en Estados Unidos.
La antigüedad de los árboles se calcula contando los anillos en su tronco, con dos nuevos anillos cada año: uno en primavera y otro en otoño.
Para establecer la edad del Alerce Abuelo, se realizó una perforación hasta el centro del tronco y se extrajo una delgada varilla de madera, sin dañarlo. Así se determinó que tiene más de 2.600 años, habiendo convivido con 10 generaciones de arrayanes, 400 generaciones de cóndores y 87 generaciones de huemules.
Patrimonio de la UNESCO
Los pueblos originarios de la región llamaban lahuan al alerce, una expresión que significa “abuelo solitario”. La mayor parte de las 263.000 hectáreas del Parque Nacional Los Alerces es territorio virgen.
En 2018, unas 188.000 hectáreas fueron reconocidas como Patrimonio Mundial por la UNESCO por su alto grado de preservación. Solo unos 300 parques en el mundo tienen esta certificación.
“La flora y la fauna de estos bosques se remontan a los tiempos en que los continentes estaban unidos”, explican en el Parque Nacional. La formación del bosque de alerces fue un proceso lento, favorecido por el ambiente de humedad especial del lugar, donde llueve 300 días al año. En estas condiciones, cada árbol crece un milímetro de diámetro cada 365 días.
El milenario Alerce Abuelo se erige como un símbolo de la conservación en lugares protegidos de la destrucción del hombre.
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