El último viaje de los cruceros: cementerios de barcos y sus peligros tóxicos

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¿Alguna vez te preguntaste qué sucede con los gigantescos cruceros y megabuques al final de su vida útil? La mayoría de estas enormes embarcaciones terminan desmanteladas en pocas localidades, especialmente en países del sur de Asia, como India y Bangladesh dónde los peligros tóxicos están a la orden del día.

Estos cementerios de barcos están en el centro de controversias debido a sus peligrosas condiciones laborales y su significativo impacto ambiental.

Alang, India: entre la eficiencia y el riesgo

En India, más del 70% de los barcos desmantelados globalmente son procesados en playas como Alang, ubicada en el estado de Gujarat. Este lugar, considerado el mayor centro de desguace de buques del mundo, cuenta con 153 parcelas de trabajo, de las cuales entre 131 y 135 operan activamente.

Cada año, desmantelan entre 400 y 450 barcos, generando miles de millones de dólares gracias al reciclaje de materiales como acero, aluminio y cobre. Desde su creación en los años 80, Alang ha acumulado más de 110.600 millones de dólares en valor agregado.

El desmantelamiento sigue un proceso laborioso: los barcos son encallados intencionalmente en playas de inclinación suave para luego ser cortados pieza por pieza. Sin embargo, este trabajo representa riesgos enormes.

Desde 1984, se han registrado más de 523 muertes entre los trabajadores debido a accidentes y la exposición a materiales peligrosos como amianto y plomo. La contaminación también es alarmante, con niveles de metales pesados 20 veces superiores al promedio nacional.

Aunque se implementan normativas internacionales, como el Convenio de Hong Kong para reciclaje seguro de buques, cuya entrada en vigor está prevista para 2025, los desafíos siguen siendo graves. En particular, la falta de gestión adecuada de residuos y la contaminación afectan no solo el medio ambiente costero, sino también la salud pública.

Chattogram, Bangladesh: el costo oculto del acero barato

El puerto de Chattogram, a las afueras de la ciudad homónima, es otro centro neurálgico de desguace en el sur de Asia. Con una costa que abarca 22 kilómetros y 184 astilleros, este lugar proporciona la mitad del acero utilizado en Bangladesh.

Sin embargo, las condiciones de trabajo son aún más precarias que en Alang, debido a la regulación menos estricta. Desde 1980, más de 1.000 trabajadores han perdido la vida en accidentes relacionados con el desguace, aunque se sospecha que la cifra real es mucho mayor.

La falta de equipos de protección, la exposición constante a toxinas y el empleo de menores de edad agravan la situación. Estas condiciones peligrosas también repercuten en el entorno.

Investigaciones recientes han detectado respecto a los peligros tóxicos niveles preocupantes de metales pesados en suelos y cultivos, así como la desaparición de 21 especies marinas locales debido a la contaminación y la destrucción de manglares para expandir las operaciones.

De los peligros tóxicos hacia un futuro más sostenible

A pesar de las terribles condiciones actuales, tanto Alang como Chattogram trabajan para implementar normativas más estrictas y métodos de reciclaje más seguros.

Sin embargo, el impacto negativo acumulado sobre el medio ambiente y las comunidades locales requiere una atención urgente, así como mayores esfuerzos para garantizar la seguridad y dignidad de los trabajadores.

Transformar estas instalaciones en modelos de sostenibilidad no solo podría reducir el daño ambiental, sino también establecer un estándar global para una industria que, aunque esencial, debe evolucionar hacia prácticas más responsables.

Foto de portada: markuskorenjak.com

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