La falta de agua en los pantanos españoles ha disparado las emisiones de gases de efecto invernadero. Entre enero y julio el sector eléctrico expulsó 41,2 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, 17,2 millones más que en el mismo periodo de 2016.
La generación hidráulica (libre de gases de efecto invernadero) ha caído más de un 51% y ha sido sustituida por el carbón (cuyo uso ha aumentado un 72%) y el gas (30%). Las mermadas reservas de los embalses hacen que 2017 se perfile como un mal año en la lucha contra el cambio climático.
El consumo eléctrico en lo que va de año apenas ha variado respecto al mismo período de 2016, pero se ha recurrido mucho más a fuentes sucias de generación de energía.
Así lo reflejan los datos de Red Eléctrica de España, que realiza un seguimiento diario de las fuentes con las que se genera la electricidad que se consume en España.