El tifón Hagupit, el más potente del año en la zona, llegó al este del archipiélago. Se registran en el lugar fuertes lluvias y ráfagas de viento que superan los 200 kilómetros por hora. Hay calles y viviendas destruidas.
La tempestad tocó tierra ayer en la localidad de Dolores, al centro de Filipinas, donde desde el día anterior casi un millón de personas habían sido evacuadas. Se prevé que más de la mitad de las islas sean afectadas, cuyas regiones del centroeste ya fueron devastadas el año pasado por el supertifón Haiyan.
Las tormentas provocaron la muerte de al menos dos personas. Se trata de una nena de un año y un hombre de 65, ambos vecinos de la localidad de Estancia, ubicada en el centro del país, que fallecieron por hipotermia.
El ministro de Energía, Jericho Petilla, declaró a los medios que varias regiones del centro del país están sin energía eléctrica y que espera que la situación se repita en las zonas por donde pase el temporal.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Greogorio Catapang, aseguró que ha desplegado 1.700 soldados para ayudar a la comunidad y que parte de ellos trabaja para despejar los caminos que han quedado obstruidos por la voladura de distintos materiales. Además, dijo que analiza el estado del aeropuerto de Borongan y de Catarman, en Samar Oriental, para ver si es posible movilizar ayuda humanitaria.
El Ministerio de Bienestar Social y Desarrollo garantizó que el centro de operaciones de asistencia está en funcionamiento y numerosos camiones cargados de alimentos y ayuda humanitaria están preparados para ser repartidos.