El poliuretano es uno de los productos sintéticos más contaminantes en el mundo, una vez que se ha producido este material, es imposible biodegradarlo. Este plástico se emplea en todos los aspectos de la vida cotidiana, desde mangueras hasta asientos para autobuses.
La principal ventaja de este material, naturalmente, es que es barato, sin embargo su costo ambiental es altísimo.
El descubrimiento del “hongo come plástico” fue el fruto inesperado de una expedición de la Universidad de Yale al Amazonas. Al internarse en la jungla ecuatoriana, el grupo de estudiantes se dedicó a buscar plantas y a cultivar los microorganismos de las mismas.
Uno de estos, el Pestalotiopsis microspora, es capaz de consumir plástico, pero lo más sorprendente es que el hongo puede sobrevivir una dieta de plástico en un ambiente sin oxígeno, el tipo de condición que se da en el fondo de los vertederos.
Los estudiantes Pria Anand y Jonathan Russel lograron aislar las enzimas que permiten a la planta degradar plástico para consumirlo, sus resultados junto con el registro del extraño y maravilloso comportamiento del hongo fueron publicados en Applied and Environmental Microbiology. Este prometedor hongo podría ser el primer paso para contrarrestar algunos de los daños que hemos hecho al planeta.
A pesar de que el Amazonas es una de las zonas con mayor biodiversidad, como muchos otros paraísos naturales, corre el riesgo de desaparecer.