En Indonesia los equipos de emergencia trabajan contra reloj para encontrar con vida alguna de las 159 personas dadas por desaparecidas a raíz del tsunami que golpeó hace cuatro días el estrecho de Sonda, entre las islas indonesias de Java y Sumatra.
Voluntarios y personal de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres revisan cada edificio y escombro con la esperanza de escuchar supervivientes, aunque solo logran recuperar cadáveres del desastre que causó al menos 430 muertos.
‘Desde el lunes solo hemos hallados fallecidos. En una de las cabañas descubrimos juntos a una anciana y un bebé de unos seis meses’, afirmó Fariz Munadar, un voluntario llegado desde Yakarta para colaborar en las operaciones de emergencia en el oeste de Java.
A unas decenas de metros de la brigada de rescate, Nabila, de 28 años, busca efectos personales, algún recuerdo familiar o aperos que todavía tengan utilidad en el lugar donde hasta el sábado por la noche se encontraba su hogar.
“El agua se lo ha llevado todo”, lamentó la mujer mientras mantiene a su niño en brazos, pero que no ha perdido a ningún familiar durante el desastre natural.