La pausada circulación del agua en el Océano Atlántico no es fruto del calentamiento global, sino que es parte de un ciclo regular que afectará a las temperaturas en las próximas décadas, según un nuevo estudio.
La investigación, llevada a cabo por académicos de la Universidad de Washington, argumenta que la corriente, conocida como el sistema de Circulación Meridional de Derivación Atlántica, no se está colapsando, sino que está haciendo la transición de una fase rápida a otra más lenta, lo cual afecta al calentamiento en la superficie.
‘Los científicos esperaban que la circulación del agua en el Atlántico disminuyera su velocidad en el largo plazo como consecuencia del calentamiento global, pero la realidad es que solo disponemos de mediciones precisas desde abril de 2004’, según el estudio.