Fenómenos extremos como las olas de calor marinas son solo “la punta del iceberg” de “la degradación de la salud de los océanos” y esconden “graves alteraciones en la columna de agua y el océano profundo”, según los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Emma Huertas y Pablo Abaunza.
“Entre las amenazas más evidentes están el calentamiento y acidificación de las aguas marinas, la eutrofización y el descenso de los niveles de oxígeno, la proliferación de especies invasoras, la contaminación en regiones costeras, la sobreexplotación pesquera y la plastificación del océano”, han señalado en una entrevista publicada por el propio organismo.
A más largo término, opinan que la sociedad se enfrenta a la modificación en los patrones de circulación de las corrientes, a la disminución en la capacidad para secuestrar CO2 atmosférico y a la aparición de grandes regiones hipóxicas con potencialidad de degradación oceánica.
Los expertos, que coordinan la plataforma temática interdisciplinar Oceans, es decir, la red de equipos de investigación en ciencias marinas del CSIC, han reconocido que los gobiernos han tomado consciencia de la gravedad del problema y han implementado medidas a nivel supranacional mediante programas científicos, la creación del propio Panel Intergubernamental para el Cambio Climático y la firma de diferentes protocolos de actuación, etc.
Sin embargo, los investigadores han incidido en que restablecer la “conectividad” rota entre todos los ambientes “por las actividades humanas” requiere acciones urgentes en todos los estratos sociales y ambientales, que se recogen en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
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