Un estudio de la Universidad de Helsinki (Finlandia) demuestra cómo el aumento de las temperaturas en la Tierra produce una reacción en los árboles que ayuda a enfriar el ambiente y a luchar contra el calentamiento global. Los lugares beneficiados son aquellos que poseen grandes zonas forestales.
Los bosques y plantas del planeta se han adaptado al progreso del hombre para convertirse en su gran aliado contra el cambio climático. Un estudio de la Universidad de Helsinki (Finlandia) demuestra cómo el aumento de las temperaturas en la Tierra produce una reacción en los árboles que ayuda a enfriar el ambiente y a luchar contra el calentamiento global. El trabajo, realizado en once zonas forestales de Europa, Estados Unidos, Suráfrica y Siberia muestra cómo a media que se eleva el termómetro los bosques reaccionan liberando gases que favorecen la formación de nubes y bajan la temperatura.
El hallazgo muestra un bucle de retroalimentación negativa en el que temperaturas más altas conducen a un aumento en las concentraciones de aerosoles naturales que tienen un efecto de enfriamiento en la atmósfera.
La reacción es sencilla. Al respirar, las plantas emiten unas sustancias llamadas compuestos orgánicos volátiles (VOCs) que una vez en la atmósfera tienden a adherirse a otras partículas hasta formar grupos de nubes que actúan como un parasol de la luz solar.
El efecto protector de las nubes es pequeño a escala global. Los científicos creen que los bosques consiguen reducir el calentamiento global en un discreto 1 por ciento, pero los beneficios pueden llegar al 30 por ciento en lugares con grandes zonas forestales como Canadá, Siberia o los países nórdicos. Así que este trabajo proporciona un motivo más para proteger las zonas boscosas y cuidar ese ‘aire acondicionado’ que de forma natural proporciona la superficie vegetal.
Naciones Unidas ha advertido que el aumento de emisiones contaminantes está disparando las temperaturas y ese calentamiento conducirá a una mayor aparición de riadas, sequías, olas de calor, y subidas en el nivel del mar.
‘Los bosques no nos salvan del calentamiento climático’, dice Paasonen, quien añade, sin embargo, que ‘los efectos de aerosoles sobre el clima son una de las principales incertidumbres de los modelos climáticos’.