El fuego que arrasa varios estados del oeste de Estados Unidos, sin paralelo en los últimos veinte años, destruyó al menos cien viviendas y desplazó a miles de personas.
California, Colorado, Nuevo México y Utah, entre otros estados, combaten una treintena de incendios que en la primera mitad del año ya quemaron tantas hectáreas como las hectáreas quemadas por los incendios de 2017, un año considerado como ‘récord’, según estadísticas del Centro Nacional Inter-Agencias contra Incendios.
En California, más de 2.100 bomberos y miembros de los servicios de emergencia trabajan para extinguir el incendio denominado County, que ha arrasado 28.300 hectáreas desde que se declaró el pasado sábado, solo está controlado al 5% y ha afectado principalmente al condado de Yolo, situado al oeste de la ciudad de Sacramento.
Similar superficie ha asolado ya el incendio Springs, que desde el miércoles pasado ha quemado cerca de 32 mil hectáreas cerca de Fort Garland, en el sur de Colorado.
‘La expansión del incendio Springs anoche fue significante, como lo había sido este lunes durante todo el día. El fuego se expandió en todas las direcciones’, afirmó Chris Zoller, jefe de operaciones de la zona Springs Norte del Incendio Springs, a cargo de más de 700 bomberos.
De hecho, 104 viviendas y otras estructuras ya han sido destruidas por este incendio y más de 2 mil familias fueron evacuadas. Además, la pequeña localidad de Cuchara (150 habitantes) podría ser evacuada en su totalidad si no se logra detener las llamas.