Los peces tienen un sentido del olfato para desplazarse a través de los mares y océanos, pero cada vez se les complica más porque a medida que se calienta el clima y aumentan los niveles de Dióxido de Carbono, los peces utilizan las fuentes de olor para encontrar pareja, alimentarse o encontrar los lugares donde desovan.
Una investigación reciente, anuncia que para cuando el siglo finalice, los peces experimentarán una reducción del 50% de su sentido del olfato en relación al aumento de los niveles de CO2 en el planeta, que está ocasionando daños en los ecosistemas marinos.
Esto está cambiando la composición genética de los peces.