En el municipio de Villajiménez, relativamente cerca de Morelia, se encuentra una de las tantas maravillas de Michoacán: la Alberca de los Espinos. Este singular fenómeno geológico surgió a partir de un volcán extinto, en donde brotó un “ojo de mar”. Este cráter pertenece a un sistema de formaciones volcánicas denominadas “axalapascos”, los cuales son sumamente importantes para esta región de México, ya que son enormes depósitos de agua que ayudan a regular el clima de la región.
La Alberca de los Espinos es un lugar de ensueño: desde sus aguas profundamente azules y verdes hasta el bosque circundante, te sentirás protegido y resucitado por las suaves manos de la madre naturaleza. Además, la biodiversidad de la zona es notable. En cuanto a la flora, hay nogalillos, colorines, zapotes, copales y capulines. También está el Bosque de la Galería, con frondosos sauces, fresnos y muchos arbustos.
La fauna está compuesta por zorros, tlacuaches, venados, gatos monteses y una gran cantidad de aves. Desde hace ya muchos años, la Alberca de los Espinos es el lugar predilecto de los habitantes de la región para relajarse, disfrutar de sus frescas aguas y de la sombra de sus árboles, para descansar un rato de la ajetreada vida urbana. Incluso se convirtió en un lugar de culto a Santa Teresa.
Su importancia ecológica es tal, que se declaró Área Natural Protegida en el 2003. Acceder al cráter no tiene costo, pero siempre puedes aportar una cooperación voluntaria para ayudar a conservar el lugar. Así que ya sabes: si quieres dejarte cautivar por un paisaje único y disfrutar del remanso de tranquilidad que ofrece, no dejes de visitar la Alberca de los Espinos.