Ya no hay forma de evitar que los microplásticos lleguen al organismo humano. Ya sea en los alimentos y su envasado, en nuestras viviendas, muebles y ropa o incluso en nuestro entorno.
Los plásticos también afectan a nuestra salud de formas que apenas estamos empezando a comprender. Por eso, hay algunas formas de evitar, conscientemente, consumirlos.
Qué son los microplásticos
- La degradación de residuos plásticos
- El lavado de ropa sintética
- La abrasión de los neumáticos
- La incorporación intencional de microperlas en productos de cuidado personal
Los microplásticos y los nanoplásticos (fragmentos de plástico increíblemente diminutos que se desprenden y desprenden de productos más grandes) se han abierto camino en muchos de los tejidos de nuestro cuerpo, incluidos el cerebro, los órganos reproductores (tanto masculinos como femeninos) y el sistema cardiovascular.
Algunas formas de reducir el contacto con microplásticos
- Evitar los alimentos enlatados: aunque el bisfenol A (BPA), una sustancia química que se utilizaba habitualmente en el revestimiento de muchas latas, tapas y tapones metálicos de alimentos y bebidas ya no está presente en los envases de la mayoría de los productos, los datos de la industria muestran que se sigue utilizando en un 5% de los casos, posiblemente más.
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Alejar los envases de plástico del calor y los limpiadores agresivos
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Evitar los plásticos marcados con 3, 6 y 7:debido a que el 3 corresponde al cloruro de polivinilo, es el plástico al que se suele añadir ftalato para ablandarlo; el 6 al poliestireno; y el 7, una mezcla.
- Elegir utensillos de acero inoxidable o hierro fundido en lugar de ollas y sartenes antiadherentes
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