Los pastores que recogen agua turbia de un pequeño estanque en los pastizales de Sudán del Sur son muy conscientes de los peligros que corren si la beben debido a la contaminación de petróleo y productos químicos.
Las inundaciones en el estado de Unity están arrastrando contaminación de las instalaciones petroleras mal gestionadas, convirtiéndose en un “asesino silencioso” que afecta a la población y al ganado. La situación se ha visto agravada por el cambio climático, que ha provocado lluvias extremas y persistentes desde 2019.
Problemas de Salud y Contaminación del Agua
La contaminación del agua está enfermando tanto a las personas como al ganado, con terneros naciendo con deformidades y un aumento de anomalías congénitas en humanos. La falta de acceso a agua potable segura es un problema grave en la región.
Estudios previos han mostrado altos niveles de salinidad y metales pesados en el agua cerca de los pozos de petróleo, lo que confirma la contaminación derivada de la producción petrolera. Aunque el gobierno ha encargado una auditoría medioambiental, los resultados aún no se han hecho públicos.
Necesidad de Responsabilidad Ambiental
Mejorar la responsabilidad ambiental ha sido una prioridad baja para Sudán del Sur, un país que depende en gran medida de los ingresos del petróleo y enfrenta conflictos internos. Es necesario mantener un registro de casos de salud y abordar la contaminación de manera efectiva para proteger a la población y el medio ambiente.
A pesar de las leyes e instituciones establecidas, la rendición de cuentas por la contaminación petrolera en Sudán del Sur no es estricta. Bojo Leju, un ex ingeniero petrolero, destacó los peligros de abordar este tema, ya que el petróleo es vital para el gobierno.
En 2020, abogados de Sudán del Sur contactaron a Leju para demandar al gobierno por contaminación petrolera. Sin embargo, fue detenido y obligado a retractarse antes de huir del país y buscar asilo en Suecia.
Impacto del Cambio Climático
El Dr. Chris Funk, director del Centro de Riesgos Climáticos de la Universidad de Carolina en Santa Bárbara, explicó que las temperaturas récord en la superficie del mar en 2019 y las lluvias extremas en África oriental están vinculadas al cambio climático. Las precipitaciones extremas en Sudán del Sur podrían volverse más comunes, afectando la habitabilidad de algunas áreas.
A pesar de las preocupaciones por las inundaciones y la contaminación, la población local tiene la esperanza de volver a criar animales y cultivar la tierra. En Roriak, los niños construyen aldeas en miniatura, mientras que cerca de Bentiu, una anciana sigue moliendo raíces de nenúfar junto a las aguas de la inundación, soñando con un futuro mejor.
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