Una ola de calor marina mató aproximadamente a la mitad de la población de araos comunes de Alaska, lo que supone la mayor mortandad registrada de una sola especie en la historia moderna, según un estudio.
La catastrófica pérdida apunta a cambios más amplios en los entornos marinos impulsados por el calentamiento de las temperaturas oceánicas, reestructurando rápidamente los ecosistemas e inhibiendo la capacidad de estos animales para prosperar.
La Mancha: la causante de la mayor mortandad de una especie
La ola de calor del Pacífico nororiental, conocida como “la Mancha”, abarcó el ecosistema oceánico desde California hasta el golfo de Alaska entre finales de 2014 y 2016.
Este evento, considerado la ola de calor marina más grande y más prolongada conocida, tuvo temperaturas que aumentaron entre 7 y 12 grados Celsius por encima de los niveles normales.
Araos comunes y su rol en el ecosistema
Los araos comunes, o Uria aalge, son conocidos por sus plumas blancas y negras. Estos depredadores juegan un papel crucial en la regulación del flujo de energía dentro de la red alimentaria marina en el hemisferio norte.
Aunque han sufrido pequeñas mortandades en el pasado, la magnitud y velocidad de la mortandad durante esta ola de calor fueron alarmantes.
Investigadores monitorearon descensos extremos de población en 13 colonias en el Golfo de Alaska y el Mar de Bering. Al final de la ola de calor de 2016, contaron más de 62.000 cadáveres de araos comunes, representando solo una fracción de los perdidos.
La población de araos en 13 colonias disminuyó entre un 52% y un 78% entre 2016 y 2022, sin señales de recuperación.
Causas y desafíos para la recuperación del araos
El estudio reveló que, a medida que las temperaturas aumentaron, el suministro de alimentos de los araos disminuyó. Con el colapso del bacalao del Pacífico, alrededor de 4 millones de araos murieron en Alaska durante 2014 a 2016. La falta de recuperación podría deberse a fluctuaciones en el ecosistema marino, desafíos reproductivos y dificultades de reubicación.
A medida que las temperaturas siguen aumentando, las aguas tropicales o subtropicales se están desplazando, creando un ecosistema nuevo. Los araos, y otras especies como el frailecillo copetudo y el salmón real, están luchando por adaptarse. Sin embargo, algunos animales homeotérmicos han mostrado respuestas neutrales o positivas a la exposición anormal al calor.
Factores adicionales de mortalidad
Además del aumento de temperaturas, otros factores como los microplásticos, la acidificación de los océanos, el aumento del nivel del mar y los derrames de petróleo también contribuyen a la mortalidad masiva en los entornos marinos.
Los estudios a largo plazo de los efectos climáticos sobre la vida marina son limitados, por lo que aún se desconocen los impactos futuros.
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