Implantar la agricultura sostenible en el Gran Chaco Americano es una solución para paliar los efectos negativos del cambio climático sobre la producción agropecuaria de esa región, el tercer gran territorio biogeográfico de América Latina, según un estudio.
El informe, elaborado por la ONG paraguaya Instituto de Desarrollo, es un programa de adaptación al cambio climático en los países en los que se reparte el Gran Chaco (Argentina, Bolivia y Paraguay).
La investigación parte de su impacto en la producción agropecuaria y en los recursos hídricos en base a las previsiones del clima hasta 2040.
‘El escenario previsto hasta ese año indica que la cantidad de lluvias en el Gran Chaco será la misma que ahora, pero las mayores precipitaciones caerán en periodos cortos de tiempo y en lugares donde antes no llovía’, dijo a Efe Rossana Scribano, coordinadora del estudio.
El trabajo, que tiene en cuenta los escenarios previstos por el Panel Intercontinental sobre Cambio Climático (IPPC), recomienda la puesta en marcha de sistemas agrosilvopastoriles, que paren la deforestación como forma de habilitar áreas de pastos para el ganado, una de las principales industrias del Gran Chaco.
Apuesta también por la creación de bancos de semillas nativas, especialmente maíz y poroto (judía), tal y como eran utilizadas tradicionalmente por las comunidades indígenas.