Si la actual tendencia del calentamiento global continúa se verán afectados los yacarés del Parque Nacional Iguazu según un estudio publicado en la revista científica Aquatic Conservation: Marine and Freshwater Ecosystems.
El mismo fue realizado por el guardaparque Justo Herrera, del Parque Nacional Iguazú, y los biólogos Agustín Solari y Luis Lucifora, del Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA) y del nodo Iguazú del Instituto de Biología Subtropical.
En el estudio, los autores analizaron el efecto de las variaciones climáticas interanuales sobre la abundancia de yacarés en el río Iguazú. En el estudio descubrieron que períodos muy húmedos tienen, contrariamente a lo que podría esperarse, un efecto muy negativo sobre la abundancia de yacarés.
“Vimos que en los años que se correspondían con “El Niño”, fenómeno que para nuestra región implica un aumento en el caudal de los ríos por aumento de precipitaciones, el número de yacarés tenía un marcado descenso. Esto era contradictorio ya que, normalmente, el problema para las poblaciones de cocodrílidos en otras regiones suele ser la falta de agua, no su abundancia”, señaló Luis Lucifora.
Ante esa situación el equipo de biólogos decidió investigar las causas. “Encontramos que la gran mayoría de los yacarés del río Iguazú son jóvenes de mediano y pequeño tamaño y que estos individuos dependen mucho de un tipo de hábitat poco común en el río Iguazú, compuesto por vegetación más abierta, de tipo herbácea, que queda bajo agua cuando el nivel del río es muy alto. Eso explica el porqué de la disminución en la abundancia en años muy húmedos: la fracción más grande de la población se queda sin su hábitat principal”, explicó el biólogo Agustín Solari.
El estudio muestra que el efecto de los años muy húmedos es contundente, ya que después de diez años de la ocurrencia de un “El Niño” severo, la población no llegó a los niveles de abundancia que tenía antes del fenómeno. De continuar la tendencia actual del cambio climático, los fenómenos de “El Niño” serán más frecuentes, lo que implica un futuro poco promisorio para los yacarés del Iguazú.
Los yacarés son los mayores depredadores acuáticos del río Iguazú por lo que su rol en el ecosistema es potencialmente importante. Por eso, es necesario que su población se mantenga en niveles normales para conservar su función ecológica. Si la población disminuye mucho, cualquier otra actividad, aunque tenga un efecto de menor proporción que el cambio climático –como la caza furtiva– puede hacerla desaparecer.
A raíz de estas cuestiones, es necesario aplicar múltiples medidas, como evitar la pérdida de más selva, mantener ambientes acuáticos saludables, intensificar los controles para evitar la caza furtiva, y reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.