En lo que va del 2021, el Perú ha sumado seis nuevas Áreas de Conservación Regional (ACR) en cuatro departamentos del país: Cajamarca, Cusco, Húanuco y Ucayali. La protección de estos ecosistemas llega en un momento clave, considerando las amenazas latentes, en algunos casos, por el avance de la deforestación, la expansión de cultivos ilegales de coca y la ola de violencia desatada contra líderes indígenas.
En marzo se estableció el ACR Chuyapi Urusayhua, en la región Cusco, y en mayo las ACR Páramos y Bosques Montanos de Jaén y Tabaconas y Bosques Secos del Marañón, ambas en Cajamarca.
El último 24 de julio, el Ministerio del Ambiente emitió los decretos supremos para la creación de tres nuevas áreas de conservación regional. Las ACR Codo del Pozuzo, en Huánuco; Q’eros-Kosñipata, en Cusco; y Alto Tamaya-Abujao en Ucayali.
«Han sido más de 300 mil hectáreas desde marzo hasta ahora que se han destinado a la protección de ecosistemas frágiles en estas regiones», señala Alfredo Gálvez, especialista en Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas de la Sociedad Peruana de Derecho ambiental (SPDA).
Gálvez explica que las ACR complementan el sistema nacional de áreas naturales protegidas. «Son las joyas de la corona de cada región», dice Gálvez y agrega que Perú cuenta con 31 ACR en 16 regiones del país.
¿Qué ecosistemas protegen desde ahora las nuevas Áreas de Conservación Regional?
Huánuco: Área de Conservación Regional Codo del Pozuzo
Los ecosistemas de bosques montanos en las zonas donde nacen los ríos Sungaroyacu y Chorropampa acaban de convertirse en el Área de Conservación Regional Codo del Pozuzo.
Se trata de 10 453 hectáreas de ecosistemas de yungas y bosques húmedos montanos en una zona clave para la conservación de los ríos que abastecen de agua al distrito Codo del Pozuzo y los caseríos que lo conforman.
La nueva ACR, la segunda de la región Huánuco, protegerá especies amenazadas como el mono maquisapa (Ateles chamek), la huangana (Tayassu pecari), y el sajino (Pecari tajacu).
La ACR Codo del Pozuzo también es el hogar de especies emblemáticas como el oso de anteojos (Tremarctos ornatus) y el jaguar (Panthera onca), y de especies endémicas como la tangara de dorso dorado (Buthraupis aureodorsalis), una de las 43 especies de aves encontradas en estos bosques.
La primera propuesta para crear está área protegida surgió en el 2007. En ese momento, la idea era crear un área municipal, explica Stefany Salcedo, especialista en áreas de conservación del programa ProPachitea del Instituto del Bien Común (IBC).
Para el 2015 —continúa Salcedo— el Gobierno Regional de Huánuco asumió este reto e inició el proceso que se ha concretado seis años después.
«En Huánuco se han reconocido 18 ecosistemas frágiles prioritarios para la conservación. Con la ACR Carpish [creada en 2020] y ahora Codo del Pozuzo hay un avance significativo en la conservación», señala Salcedo, quien además menciona que la ACR Codo del Pozuzo es colindante a la Reserva Indígena Kakataibo Norte y Sur que ha sido categorizada recientemente.
La nueva ACR también nace con amenazas. La tala selectiva y la deforestación por cambio de uso de suelo, además de la expansión ganadera y la presencia de cultivos ilegales de hoja de coca y del narcotráfico están presentes en este territorio, explica Salcedo.
Cusco: Área de Conservación Regional Q’eros-Kosñipata
La nueva Área de Conservación Regional Q’eros-Kosñipata nace en Cusco para proteger los ecosistemas de punas y yungas en los Andes peruanos reconocidos por su alto endemismo.
De esta forma, Q’eros-Kosñipata se suma a otras cuatro ACR —Ausangate, Chuyapi Urusayhua, Choquequirao y Tres Cañones— creadas en Cusco entre 2017 y 2020.
Con 55 319 hectáreas, la ACR Q’eros-Kosñipata protegerá los relictos de bosques de queñua y podocarpo (Polylepis sp. y Podocarpus sp.), especies de flora amenazadas en los andes peruanos.
Q’eros-Kosñipata se ubica en un territorio que varía entre 950 y 4500 metros de altura. «Se trata de un espacio muy biodiverso que es hábitat de especies amenazadas como el gato andino y el oso de anteojos, además de ser parte de un núcleo de conservación junto a otras áreas protegidas», dice María Ysabel Cazorla, Gerente Regional de Recursos Naturales y Medio Ambiente del Gobierno Regional del Cusco.
La nueva ACR Q’eros-Kosñipata forma parte de un corredor biológico de conservación junto con el Parque Nacional del Manu, el Parque Nacional Bahuaja Sonene, la Reserva Comunal Amarakaeri y las ACP Bosque Nublado, Wayqecha, y Japu – Bosque Ukumari Llaqta.
Entre las especies que habitan Q’eros-Kosñipata también están el puma (Puma concolor), el zorro culpeo (Pseudolopex culpaeus), el tigrillo (Leopardus pardalis), la nutria (Lontra longicaudis), el tapir amazónico (Tapirus terrestris) y el jaguar (Panthera onca), entre otras.
El proceso de creación de la ACR ha sido mas corto que en los casos anteriores. «Hemos aprendido de procesos anteriores, sobre todo de Ausangate que demoró 10 años. En el caso de Q’eros-Kosñipata las gestiones empezaron en 2019», precisa Cazorla.
En cuanto a las amenazas, Cazorla menciona la minería ilegal como una de la mayores preocupaciones en esta zona, así como la ampliación de la frontera agrícola y el cambio de uso de suelo.
Ucayali: Área de Conservación Regional Comunal Alto Tamaya-Abujao
En un territorio de 150 010 hectáreas de bosques primarios en la frontera con Brasil nace el Área de Conservación Regional Comunal Alto Tamaya-Abujao (CATA), la segunda de la región.
De acuerdo con el decreto supremo de su creación, el ACR Comunal Alto Tamaya Abujao protegerá la biodiversidad de los bosques de serranías aisladas y los bosques de bambú de este sector de la Amazonía peruana.
Cristy Diaz, jefa de proyectos de Naturaleza y Cultura Internacional (NCI), señala que con el establecimiento del ACR Comunal Alto Tamaya – Abujao se protegerán ecosistemas que proveen de agua al río Ucayali, generando beneficio ambiental, social y económico para alrededor de 237 familias de manera directa y cerca de 18 000 familias de manera indirecta. «En esta zona las poblaciones también aprovechan los recursos del bosque y del río como el aguaje y el pescado».
Alfredo Gálvez, de la SPDA, señala que la nueva área tiene conectividad de ecosistemas con el Parque Nacional Sierra del Divisor y la Reserva Nacional Matsés. «Un corredor donde habitan pueblos en aislamiento y contacto inicial»,
El ACR Comunal Alto Tamaya-Abujao colinda también con el Parque Nacional Serra do Divisor, en Acre, Brasil, una área protegida amenazada por la construcción de una carretera binacional que de concretarse afectaría la Amazonía peruana.
Entre las especies de flora que estarán protegidas en esta nueva ACR figuran el cedro (Cedrela odorata), la caoba (Swietenia macrophylla), el tahuari (Tabebuia serratifolia), mashonaste (Clarisia racemosa), chuchuhuasi (Maytenus macrocarpa) y el shihuahuaco (Dipteryx micrantha).
En cuanto a la fauna, este ecosistema es el hábitat de especies como el mono araña de vientre blanco, En Peligro de extinción (Ateles belzebuth) y los vulnerables uakari calvo (Cacajao calvus) y oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla).
También es el hogar de la tortuga de río con manchas amarillas (Podocnemis unifilis), una especie vulnerable.
En cuanto a las amenazas, para Díaz de NCI las principales presiones son la deforestación y las invasiones. En tanto, Gálvez de la SPDA recuerda que la extracción de madera es una de las actividades principales de Ucayali, lo que genera mucha presión sobre sus bosques y los mantiene bajo la amenaza de la tala ilegal.
Su ubicación en la frontera —recuerda Gálvez— también genera presiones, puesto que al otro lado de los límites hay una intensa expansión agrícola por monocultivos como la soya y un fuerte avance de la industria ganadera.