Mil árboles fueron plantados en la ribera del Riachuelo
, en el barrio porteño de Villa Soldati, como parte de una iniciativa para recuperar la cuenca Matanza-Riachuelo y con el objetivo de revitalizar la biodiversidad de la ciudad de Buenos Aires.
En todos los casos se trató de especies autóctonas provenientes del vivero del Centro de Información y Formación Ambiental (Cifa), especializado en flora nativa, particularmente espinal y de la Región del Delta.
Entre los ejemplares que se plantaron a lo largo de unos 700 metros sobre el camino de sirga del Riachuelo se encontraban 290 talas; 55 iba-poí, 200 acacia mansa y rama negra, 25 ceibos, 30 fumo bravo, 200 canelón verde, 20 algarrobos blancos, 110 espinillos y 70 sen del campo.
Participaron de la actividad ONGs ambientalistas como Aves Argentinas, Un árbol para mi vereda y Banco de Bosques, además de casi un centenar de vecinos voluntarios que se sumaron a este evento, organizado por el Gobierno porteño junto con la Agencia de Protección Ambiental, el Ceamse y la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar).
‘La idea no es que sólo vengan y planten árboles, sino que además conozcan de las especies nativas, su importancia para la diversidad, cómo se plantan; los cuidados que requieren y favorecer a reencontrarnos con nuestro propio hábitat’, explicó a Telam un técnico de Cifa, mientras repartía a los voluntarios los instructivos sobre cómo plantar las especies donde se emplaza el Puente Olímpico Ribera Sur que une Villa Soldati con el municipio bonaerense de Lanús.
La Agencia de Protección Ambiental porteña (APRA) unió a esta iniciativa de recomponer los biocorredores costeros al municipio bonaerense de Lanús, al que donó recientemente otros 1.000 árboles que fueron plantados en la otra orilla del Riachuelo.
En lo que va del año se plantaron 5.462 ejemplares, frente a los 10.088 de 2018, entre arbóreas, arbustivas, herbáceas, precisaron fuente de APRA.
Sobre el porcentaje de sobrevivencia, indicó a Telám que ‘se estima en un 80 por ciento’ destacando que por un lado ‘se contribuye a la biodiversidad y por otro los árboles aportan oxígeno, vital para nosotros, y al plantarlos en esta región contaminada del Riachuelo absorben los contaminantes del arroyo y favorecen al proceso de recuperación y saneamiento’.
El proyecto de recomposición de los bordes costeros, tanto del Riachuelo como de otros espejos de agua de la Ciudad, comenzó hace tres años y algunos de los sitios ya reforestados son Arroyo Ugarteche, Parque Natural Lago Lugano, Arroyo Cildañez y el Parque Indoamericano.
Los lugares fueron elegidos a partir de un diseño general de biocorredores realizado por técnicos de la APRA con la idea de unir los diversos espacios verdes y nodos de biodiversidad de la Ciudad, para fomentar el flujo de fauna y flora autóctona.
