La primera ministra, Ewa Kopacz, reconocía que la ola de calor que vive el país en las últimas semanas es “excepcional” y recordaba la importancia de hidratarse y mantenerse alejados del sol.
Las temperaturas alcanzaron los 38º centígrados el fin de semana en varias regiones de Polonia, especialmente en el suroeste.
El calor, unido a la falta de lluvias durante un verano especialmente seco, ha provocado además que un millón de hectáreas de tierras de cultivo sufran la sequía.
El ministro de Agricultura polaco, Marek Sawicki, informó que su departamento prepara un paquete de ayudas para los agricultores afectados por esta sequía.