El rompehielos está anclado en una bahía cerca de esa ciudad y los activistas ‘fueron trasladados en dos micros hacia el edificio del Comité de Investigación de la Federación Rusa (Murmansk Investigative Authority), donde serán interrogados en las próximas horas’, detalló la organización ambientalista.
La ONG y la embajada argentina en Moscú informaron hoy que los activistas fueron puestos a disposición de la justicia rusa, tras arribar a esa ciudad a bordo del barco ‘Arctic Sunrise’, que fue remolcado desde el Mar de Pechora, a donde llegaron para protestar contra la explotación petrolera en la plataforma de Gazprom.
‘De la detención de Speziale y Pérez Orsi se está ocupando personalmente en Murmansk el jefe de la Sección Consular de la embajada, Jorge Nicolás Zobénica’, dijo a Télam una fuente de la sede diplomática.
‘También está tratando la situación de los argentinos, acá en la capital rusa, el embajador Juan Carlos Kreckler’, agregó.
Una delegación diplomática compuesta por 18 personas de 9 nacionalidades -incluido Zobénica- subió al Artict Sunrise dos horas después de su arribo a Murmansk y mantuvo reuniones con los ecologistas de sus respectivos países.
‘Greenpeace mantuvo contacto limitado con los tripulantes. Todos gozan de buena salud y buen ánimo. Algunos de ellos incluso han sido capaces de hacer llamadas a sus amigos y familiares’, indicó la organización.
Los abogados de Greenpeace estaban hoy en el lugar donde alojaron a los activistas ‘pero aún no les han concedido el acceso a representarlos. Los diplomáticos también se encuentran en el edificio, junto a los medios de comunicación y hay alta presencia policial’ y ‘una quincena de investigadores y traductores’, detallaron.
El Servicio Federal de Seguridad Ruso (FSB) emitió hoy ‘una declaración en la que afirman que han abierto una investigación criminal acusando a los activistas de piratería’.
‘Esto significa que aún no existen acusaciones formales por lo que, al momento, se desconoce lo que ocurrirá en términos legales’, señaló Greenpeace en un comunicado.
Según el art. 227 del Código Penal ruso, indicaron, ‘para que se pueda acusar de piratería a quien realice un ataque a un barco, esta persona debió cometer el hecho con el propósito de robo de bienes o mercadería que se encuentren a bordo’, y que se haya usado violencia o que amenazado con emplearla.
‘Nuestra acción fue en una plataforma de petrolero, Greenpeace nunca abordó un barco, ni tuvo el propósito de robo, mucho menos existió violencia. Tenemos más de 40 años de historia de acciones pacíficas’, sostuvo Martín Prieto, director ejecutivo de Greenpeace.
Speziale, de 21 años y que vive en el barrio porteño de Caballito, es voluntaria de la organización en Argentina desde hace 4 años y cumplía su primera misión en el exterior. En tanto, Hernán Pérez Orsi es miembro pleno de Greenpeace internacional.
Télam