La elevación en las temperaturas de los mares hace retroceder y derretir a los glaciares. Eso motiva el incremento de las cotas en las playas.
Los brasileños serán los más afectados (Morro Blanco, Tamandaré, Ipojuca, Natal, Roteiro y la mítica Copacabana); luego los mexicanos (la Riviera Maya, Cancún e Isla Mujeres), y en tercer lugar se ubica Cuba (Cayo Largo, San Guillermo y Varadero).
En el coloso sudamericano se encuentran las urbes más vulnerables y por ello, se estima que allí el agua acabará con el hogar de más de 600 mil personas, produciendo inundaciones que alterarían drásticamente los ecosistemas locales.
Mientras tanto, la Argentina tiene al menos dos sitios claramente comprometidos. Se trata de El Doradillo, en Puerto Madryn (Chubut) y Pinamar (provincia de Buenos Aires).
Consultado por el portal Carbono.news, el oceanógrafo Juan Muglia respondió: “Puerto Madryn está al nivel del mar. Eso significa que gran parte de la ciudad se vería inundada si crecieran mucho los océanos. También, se volvería vulnerable a las ondas de las tormentas”.
Por su parte, la periodista Cinthia Mieres, productora de Canal 12 de Chubut, agregó: “Los paradores que se encuentran en la costanera, sobre la playa, serán los primeros en sufrir. Cada año, ellos ven como las barricadas que colocan al pie de sus construcciones deben ser reparadas por la erosión de las mareas. En 2023, se dio un récord en la temperatura del agua a nivel local. Trepó en el pasado verano hasta superar los 24°C”.
Desde mediados del año 2006, científicos del CONICET-CENPAT comenzaron a realizar mediciones de temperatura del agua salada en una estación montada en el muelle Comandante Luis Piedra Buena, de Puerto Madryn.
En superficie, alcanzó valores de 24.1°C durante la tarde del 4 de febrero. Fue un registro jamás visto.
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