El buque pesquero FV Margiris, el segundo barco pesquero más grande del mundo, arrojó más de 100.000 peces muertos en el Océano Atlántico frente a Francia, formando una alfombra flotante de cadáveres que los activistas ambientales detectaron.
El derrame se ha producido por la ruptura de la red del buque, aseguraron desde la compañía. Sin embargo, la organización ecologista Sea Shepherd apuntó que se trataba de una descarga ilegal de más de 100.000 peces no deseados.
Sea Shepherd publicó imágenes del derrame que mostraban la superficie del océano cubierta por una densa capa de bacaladilla, una subespecie de bacalao, utilizada para producir palitos de pescado, aceite y harina de pescado en masa.
Sea Shepherd France dijo que no creía que el incidente fuera accidental, sino más bien un intento del buque de descargar un tipo de pescado que no quería procesar, una práctica conocida como captura incidental que está prohibida por las normas de pesca de la UE. La ministra de Mar de Francia, Annick Girardin, calificó las imágenes de los peces muertos como “impactantes” y dijo que había pedido a la autoridad nacional de vigilancia pesquera del país que iniciara una investigación sobre el accidente.
Voilà ce qui se passe en ce moment dans le golfe de Gascogne au large de La Rochelle. Quatre navires-usines opèrent dans la zone, dont le Margiris, le deuxième plus grand chalutier du monde (banni en Australie). pic.twitter.com/nA64Fm7VlC
— Sea Shepherd France (@SeaShepherdFran) February 3, 2022
Los buques como el Margiris utilizan redes de arrastre de más de un kilómetro de largo y procesan el pescado en fábricas a bordo, una práctica muy criticada por los ecologistas. Tras las protestas de los activistas, el Margiris se vio obligado a abandonar las aguas australianas.