Doce años de tala de árboles, incendios forestales, huracanes y plagas de insectos, entre otros males, han afectado a la vegetación del planeta poniendo en riesgo a los seres vivos.
El satélite de la NASA USGS Landsat 7 ha captado el proceso realizando un mapeo diario de un rango de unos 30 metros de superficie hasta completar la circunferencia de la Tierra. El resultado es la primera medición consistente con imágenes de alta resolución tomadas desde el espacio, en el que se ve la existencia, pérdida y ganancia de forestación en todo el mundo.
Para interpretar correctamente el mapa hay que tener en cuenta que las zonas verdes indican la vegetación que se ha conservado, en rojo está lo que se ha perdido; en azul lo que se ha ganado y en rosado, las zonas en las que sucedieron ambas cosas. Se lo puede navegar para chequear con precisión de 30 metros qué pasó con la vegetación de cada lugar.
En América latina queda clara la crítica situación del Amazonas, pero también la menos conocida, pero también dramática tala en países como Paraguay, Bolivia, Perú y las provincias del centro y norte de Argentina. En el Norte del continente, Canadá vive una situación similar.
Cada píxel representa un área ‘similar a un diamante de un campo de béisbol’, según la definición de la agencia espacial norteamericana. En el proyecto también participaron los miembros del equipo de ingeniería de Google Earth, que reprodujeron el modelo desarrollado por la Universidad de Maryland para procesar y llevar a un gráfico los datos que envía el satélite.
La cantidad de imágenes es tan grande que en una computadora de escritorio normal procesarlas hubiera llevado 15 años. Pero con la tecnología de nube expandible Google Cloud, el proceso llevó apenas unos días.
El programa Landsat cumple un rol clave en el monitoreo, estudio y manejo de los recursos necesarios para alertar sobre la pérdida de agua, alimentos y forestación a causa del maltrato humano a la superficie terrestre.
El octavo satélite de este programa, Landsat 8, fue lanzado el 11 de febrero de 2013, con lo que el plan lleva ya cuatro décadas funcionando.
Infobae