Con la llegada del papa León XIV, la organización PETA le ha solicitado que condene las corridas de toros, una práctica violenta que continúa en festivales religiosos.
Después de recolectar 200.000 firmas de católicos, PETA proyectó ese número en la fachada del Palacio Apostólico, exigiendo que el Vaticano se pronuncie contra esta actividad sangrienta.
“Cientos de miles de católicos han alzado la voz contra la tortura de toros. Es tiempo de que la Iglesia haga lo mismo”, expresó Mimi Bekhechi, vicepresidenta de PETA Europa.
La brutalidad de las corridas de toros en fiestas religiosas
Cada año, miles de toros son sacrificados en eventos taurinos dedicados a santos católicos, sometidos a un proceso cruel:
- Lanzas clavadas en la espalda y cuello por picadores.
- Banderillas insertadas, causando dolor intenso.
- Matador perfora sus pulmones con una espada.
- Orejas y cola cortadas como trofeo, mientras su cuerpo es arrastrado fuera del ruedo.
La postura histórica de la Iglesia sobre la crueldad animal
El papa Francisco, reconocido por su defensa de los animales, escribió en Laudato Si’: “Cada acto de crueldad hacia cualquier criatura es contrario a la dignidad humana”.
Además, el papa Pío V prohibió las corridas de toros en el siglo XVI, calificándolas como “espectáculos crueles y viles del diablo”.
Sin embargo, algunos sacerdotes aún ofician ceremonias religiosas en plazas de toros y ministran a los toreros, una acción que PETA exige al Vaticano condenar.
PETA insta al papa León XIV a iniciar su papado con una postura firme, siguiendo los principios de compasión y justicia, alineando la Iglesia con el respeto a los animales.