Para realizar estas tejas, además del caucho, se utiliza una proporción de plástico, como el polietileno, que tiene un punto de ablandamiento bajo y actúa como ligante.
“Tenemos un equipamiento importante que es una maquina extrusora con una prensa que comprime la mezcla con la que estamos haciendo las primeras experiencias para usar la formula mas adecuada. Probamos distintos plásticos, dosificaciones y variamos la proporción”, explicó Rosana Gaggino, investigadora adjunta del CONICET en el Centro Experimental de la Vivienda Económica.
Según la investigadora el objetivo es dar una alternativa a las tejas de cerámicas y las de hormigón que se usan para la misma finalidad. “El uso del caucho es muy interesante ya que es un residuo que tiene muy poco reciclaje actualmente. Simplemente se usa para sustratos de canchas deportivas, aplicaciones muy puntuales, pero la gran mayoría de los neumáticos van a parar a los predios de enterramiento”, afirmó Gaggino.