Hay contenedores verdes, centros de acopio en plazas y parques, 12 cooperativas de cartoneros que recorren los barrios y un presupuesto de 255 millones de pesos destinado a concientizar sobre los beneficios de separar los residuos. Sin embargo, a 12 años de la sanción de la ley de basura cero, que obliga a los porteños a reciclar sus desechos, apenas se recupera el 6% de lo que se genera.
Mal funcionamiento y escasez de dispositivos, intermitencia en las campañas de difusión y pocos controles son algunas de las razones que explican por qué es tan difícil sostener una política de reciclado en la ciudad.
Falta de equipamiento para los recuperadores urbanos y de una sistematización de datos son otras. Así lo enumeran expertos, funcionarios y representantes de sectores de la producción.
En la ciudad se generan por día 6500 toneladas de residuos. Y, según cifras oficiales, sólo llega a 400 toneladas diarias el material recuperado, que se acopia en las 58 plazas, las 300 campanas verdes colocadas en distintos barrios y mediante la tarea de los 5324 recolectores urbanos a los que el gobierno les paga un sueldo básico.
Según un estudio realizado por la Facultad de Ingeniería de la UBA, se podría reciclar al menos el 11,5% de los residuos porteños.
Por composición, el 44% del total de desechos es orgánico; el papel representa entre el 15% y 20%, y el plástico (el que más creció en la última década) llegó al 19,1%. El análisis sostiene que hace dos años se registró una presencia del 12% de este material, lo que significa que hay mucho que se recupera en un circuito informal.