Separar la basura en residuos secos y húmedos ya no es una opción: todos los generadores, incluyendo los hogares, tienen la obligación de hacerlo. Así lo establece una resolución del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, que también dispone que hay que contar con recipientes diferenciados para los distintos tipos de residuos. En el Gobierno porteño explican que primero habrá una campaña de concientización puerta por puerta para explicarle a la gente cómo separar la basura y que, después, habrá controles.
La resolución establece un régimen operativo para la separación en origen que alcanza a todos los generadores, desde los especiales como shoppings, supermercados y grandes hoteles, hasta cualquier persona física que genera residuos. Este régimen obliga a disponer dentro de cada establecimiento o propiedad, incluyendo a los hogares, de la cantidad necesaria de recipientes para garantizar la correcta disposición de los residuos en forma diferenciada. Los recipientes deberán estar claramente señalizados y ser accesibles y los distintos tipos de basura deberán permanecer separados hasta su entrega al servicio de recolección.
Todos los vecinos deberán separar los residuos en fracciones húmedas y secas y, a partir de ahora, está prohibido mezclarlos. Los residuos secos o reciclables son los vidrios que no estén rotos, bolsas y films plásticos, envases de tetra-brick, telas, latas, botellas, envases, plásticos, metales, poliestireno expandido o telgopor, papeles y cartones. Cada uno de estos materiales deberá estar vacío, limpio y seco. Por ejemplo, si se trata de una bandeja plástica de comida, habrá que enjuagarla y tirarla ya seca. Los papeles y cartones sucios, como una caja de pizza engrasada, no son reciclables y habrá que disponer de ellos como residuos húmedos. Los recipientes reservados para la fracción seca de residuos se identificarán con el color verde.
Los residuos húmedos son los que no entran en las categorías de secos, voluminosos, áridos, restos de poda o aquellos que requieren tratamiento especial, que son los de demolición, los aparatos eléctricos y electrónicos, las pilas y baterías, los neumáticos usados y los muebles o enseres domésticos de gran volumen. Los residuos húmedos son los orgánicos y los que pueden convertirse en compost, como los resultantes de la elaboración de comidas, restos vegetales y animales.
Los recipientes para esta basura deben ser identificados con el color negro.
Los residuos húmedos deben sacarse a la vía pública de 20 a 21 y depositarse en los contenedores negros. Si no hay contenedores específicos para los residuos secos, es obligatorio entregárselos en mano a los recuperadores urbanos o cartoneros. Si se trata de un edificio, debe hacerlo su encargado. La Ciudad está dividida en doce zonas, cada una de las cuales está en manos de una cooperativa de recuperadores.
En Espacio Público cuentan que primero habrá una campaña de concientización puerta a puerta, y que después comenzará la fiscalización y el control. El Código de Faltas establece una multa de 50 a 700 unidades fijas, lo que equivale a entre $ 320 y $ 4.400 para quienes sacan la basura fuera de horario. Para los que no separan los residuos, la multa va de $ 1.900 a $ 9.000. Sin embargo, casi no se penan estas faltas y por ahora no se sancionará a quienes no lo hagan en los hogares.
“La imposición de separar en origen se encontraba en la Ley 1854 de Basura Cero, pero con la resolución 1444 reforzamos la exigibilidad de esta conducta. Es fundamental que internalicemos el hábito de separar lo reciclable de la basura. Con la separación en origen podemos reducir a la mitad de lo que enviamos al relleno sanitario”, dice Edgardo Cenzón, ministro de Ambiente y Espacio Público. Según Cenzón, en mayo de 2015 toda la Ciudad estará contenerizada. Para entonces terminarán de instalar los 23.400 contenedores negros metálicos de 3.200 litros para residuos húmedos.
También terminarán de distribuir 7.200 campanas verdes para los residuos secos. Estos últimos también pueden entregarse a los recuperadores urbanos o en los puntos verdes existentes en 32 plazas y parques. “La presencia del contenedor no significa que la basura se puede sacar a cualquier hora, sino que hay que respetar el horario de 20 a 21”, aclara el ministro.
Los vecinos porteños no logran a acostumbrase a reciclar y cumplir ciertas normas referidas a la basura. “Hay una relación automática y el objetivo es sacársela rápido de encima, porque no se ven beneficios inmediatos en la separación”, dijeron fuentes de Espacio Público. Y la prueba, según contaron, está que la gente saca la basura aún cuando no se puede. Por ejemplo, cuando se les pide que no lo hagan por una alerta meteorológico y hasta cuando no hay recolección por una huelga.
“Dentro de la política de separación en origen, un capítulo importante es el de los generadores especiales. Hoy tenemos la normativa para exigirle a hoteles, locales gastronómicos y cadenas comerciales que asuman el costo de la recolección y disposición de su basura”, explica Cenzón. Estos generadores, incluyendo a los edificios de viviendas que tienen más de 40 unidades, y en donde se generen más de 1.000 litros de residuos húmedos por día, deben contratar un servicio privado de recolección.
Nora Sánchez
Clarín