Las canillas de los hospitales contienen colonias de bacterias
que pueden diseminarse al salpicar contra los lavamanos y provocar infecciones, demostró un estudio de la Asociación de Profesionales en Infecciones, Control y Epidemiología (APIC).
Investigadores del Sistema de Salud de la estadounidense Universidad de Michigan evaluaron ocho diseños diferentes en cuatro unidades de terapia intensiva para analizar la limpieza de canillas y lavatorios.
Descubrieron que ‘en lavatorios de poca profundidad, el agua potencialmente contaminada salpicaba los artículos para el cuidado del paciente y las manos de los trabajadores sanitarios’, reportó la agencia de noticias Dpa.
El interior de las canillas estaba más sucio de lo esperado
Kristen Vander Elzen, gerente de Proyectos de Prevención de Infecciones y Epidemiología en el Sistema de Salud de la Universidad de Michigan y autora del estudio, aseguró que ‘el interior de las canillas, donde no se puede limpiar, estaba mucho más sucio de lo esperado’.
‘Los gérmenes potencialmente peligrosos en el lavatorio y sus alrededores representan un dilema para los especialistas en prevención de infecciones, y a partir de la información que encontramos emprendimos un programa integral de reemplazo de canillas en nuestro hospital’, comentó Vander Elzen.
Para descubrir el nivel de suciedad de los lavatorios, los investigadores utilizaron trifosfato de adenosina (ATP).
‘La biopelícula visible se asoció con lecturas de ATP más altas y los cultivos probados en el transcurso del estudio arrojaron presencia de la bacteria Pseudomonas aeruginosa -que puede infectar los pulmones y las vías respiratorias, las vías urinarias y los tejidos-, moho y otros organismos ambientales’, precisó el estudio.
Vander Elzen afirmó que ‘a medida que aprendemos sobre las formas a menudo sigilosas en que los gérmenes pueden propagarse, los especialistas en prevención de infecciones desempeñan un papel cada vez más importante en el diseño de las instalaciones sanitarias’.
‘Incluso en la selección de accesorios para fregaderos y canillas, como demostró este estudio’, completó la investigadora.