El organismo, que este miércoles fue presentado por el defensor Alejandro Amor, estará a cargo del ambientalista Antonio Elio Brailovky, quien elaboró un primer trabajo dedicado a la problemática de la contaminación ambiental que producen las pilas y baterías usadas.
‘De acuerdo con un cálculo preliminar, las pilas y baterías de uso domiciliario que ingresan al país superan las 45.000 toneladas anuales y se estima que el consumo de pilas en la Ciudad seríade unos 40 millones de unidades al año’, señala el informe.
Frente a esta situación el nuevo organismo aseguró que ‘es necesario que el Gobierno de la Ciudad ponga en marcha una política pública eficiente y sustentable sobre esta importante masa de residuos peligrosos’.
‘Las ciudades modernas -indicó el informe de cerca de 50 páginas- producen inmensas cantidades de residuos de todo tipo que se han convertido en uno de los principales problemas ambientales del mundo contemporáneo’.
El documento cita conceptos incluidos en la encíclica Papal Laudo Si, referidos a que en el mundo se producen cientos de millones de toneladas de residuos por año, muchos de ellos no biodegradables, como los clínicos, electrónicos, industriales y radioactivos.
En su trabajo Brailovky, adviertió que las pilas y baterías son parte del problema, ya que su composición incluye materiales peligrosos ‘que se propagan en los ecosistemas cuando se los descarta de manera inadecuada’.
‘La experiencia real muestra que, en nuestra ciudad, la mayor parte de las pilas y baterías usadas se disponen en la basura domiciliaria, lo cual significa que terminan en los rellenos sanitarios que no deberían admitir desechos peligrosos’, indica el trabajo.
Advierte que las pilas descartadas, mezcladas con la basura, ‘logran ingresar a los rellenos sanitarios debido a su pequeño tamaño’ y agrega que este circuito hace posible que los componentes tóxicos de las pilas ‘se derramen y contaminen aguas superficiales y subterráneas’.
El Observatorio Ambiental funcionará como un foro de producción de información y análisis, ‘que desarrolle información adecuada y oportuna sobre la temática ambiental urbana, identificando temas prioritarios y emergentes por medio de la investigación y los procesos consultivos’.
Sobre la base de este primer informe del Observatorio, la Defensoría del Pueblo anticipó que recomendará a la Agencia de Protección Ambiental porteña (APRA) que las pilas y baterías usadas ‘sean clasificadas como residuos peligrosos, que se defina como generadores a las empresas que las introducen en el mercado’.
El informe propone que el tratamiento y recepción de las pilas y baterias usadas ‘sea obligatorio para las empresas que las venden, estableciéndose un sistema normatizado de almacenamiento y transporte de las mismas, el que deberá tener en cuenta su carácter de residuo peligroso’.
‘Lo habitual es que se culpe al consumidor del exceso de basura de nuestras ciudades y se proponga como única solución una conducta ciudadana basada en lo que se suele llamar ‘3 R’, que hacen referencia a la necesidad de reducir, reutilizar y reciclar’, indicó el trabajo.
‘Todo esto es bueno, pero deja afuera la responsabilidad de las grandes empresas que fabrican los mismos productos que terminan rápidamente en la basura’, puntualiza y agrega que ‘es sugestivo que casi todo lo que sabemos de esos productos es a través de las mismas empresas que nos los venden’.
‘El verdadero responsable de los residuos es el fabricante. La mayor parte de las discusiones sobre residuos parten del momento en que el producto se descarta y esto supone atribuir toda la responsabilidad a la persona que tira un producto a la basura, a quien consideramos como el generador de ese residuo’, apuntó.
Telam