¿Por qué el reciclaje de aparatos electrónicos es tan importante para el planeta?

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El televisor ya no se puede reparar, el smartphone pasó de moda y hay una gran cantidad de pequeños aparatos que ocupan un cajón en el fondo del armario. A gran escala, y tal como reflejan las cifras del Monitor Mundial de Residuos Electrónicos 2020 de la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU), esta situación se traduce en 50 millones de toneladas de residuos electrónicos anuales en el mundo o el equivalente al peso de 265 ballenas azules. Sin embargo, la basura electrónica, o e-waste (como se conoce en inglés), es un problema que puede resolverse con el reciclaje especializado.

Qué es la basura electrónica

Conformada por los llamados Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (o RAEE), el documento Una definición global de E-waste de la Universidad de la ONU, la define como residuos resultantes de los aparatos que necesitan energía para funcionar y que, al ser desechados, contienen una pila o un enchufe. Al estar fabricados con alta tecnología, estos residuos sustancias que pueden ser tóxicas y también metales pesados, como por ejemplo el plomo, que pueden contaminar el suelo, el agua y los alimentos, lo que repercute tanto en el medio ambiente como en la salud humana.

Por otro lado, y continuando con los datos del Monitor Global de Residuos Electrónicos, los RAEE tienen materiales valiosos en su composición, como oro, cobre, plata, platino y otros metales preciosos, que son recuperables mediante el reciclaje, lo que conlleva el rescate de miles de millones de dólares en materias primas minerales.

“El reciclaje de dispositivos electrónicos tiene más potencial que la simple reducción de la cantidad de residuos. También es una alternativa a la minería convencional que podría ayudarnos a preservar la vegetación autóctona y a controlar las emisiones de gases de efecto invernadero”, afirmó Lúcia Helena Xavier, investigadora del Centro Brasileño de Tecnología Mineral (CETEM), en una entrevista a través de videollamada con National Geographic.

Teniendo en cuenta que sólo se recoge y recicla una quinta parte de los RAEE generados en el mundo, para la investigadora existe una enorme oportunidad para las iniciativas de logística inversa con el fin de preservar el medio ambiente.

Cómo funciona el reciclaje de productos electrónicos

El proceso de reciclaje de equipos electrónicos, al igual que otras formas de reciclaje, tiene como objetivo devolver los materiales utilizados a la cadena de producción. Sin embargo, preparar los residuos electrónicos para su reutilización no es tan sencillo como sí puede serlo el reciclaje de papel o aluminio: “Los residuos eléctricos y electrónicos son muy complejos. Además de metales, hay plástico y otros tipos de polímeros mezclados en ese equipo. Es un reciclaje difícil”, confirma Ellen Cristine Giese, especialista en bioquímica aplicada e investigadora de Procesos Metalúrgicos y Medioambientales del CETEM.

Debido a esta complejidad, la especialista cuenta que los RAEE pueden ser definidos en ocho categorías: electrodomésticos (cocina, frigorífico), aparatos portátiles (ventilador, batidora), monitores, informática y telecomunicaciones (teléfonos móviles, computadoras), hilos y cables, pilas, iluminación y paneles fotovoltaicos. El proceso para reciclar un aparato electrónico se inicia cuando se determina el fin de la vida útil del producto.

Según el informe del Proyecto Datare 2021, coordinado por CETEM, si los equipos se quedan obsoletos o sufren algún desperfecto, se recogen y se transportan a centros de clasificación de organizaciones que operan en logística inversa, donde se separan por tipos y pasan a las líneas de tratamiento y recuperación de valor. “A partir de ahí, el material tratado debe volver a la cadena de producción, ya sea recuperando materias primas o aumentando la vida útil del aparato”, dice Xavier.

El siguiente paso del proceso consiste en comprobar cuál de las técnicas metalúrgicas será la más adecuada para recuperar el valor de los RAEE.

Entre las principales, el informe destaca:

  • Pirometalurgia: cuando las piezas se someten a altas temperaturas para recuperar metales y aleaciones metálicas;
  • Hidrometalurgia: en la que se recupera el metal con el uso de productos químicos:
  • Biohidrometalurgia: en la que los microorganismos destruyen la parte orgánica de los residuos dejando sólo los metales.

“No son procesos sencillos. Requieren una mano de obra calificada y competente, no en el sentido académico, sino en el de saber manejar estos residuos con seguridad y extraer el máximo de material valioso”, explica Giese y agrega: “Por el alto valor de los metales recuperados, el reciclaje de productos electrónicos es también una alternativa para generar empleo y riqueza”.

Cuánto residuo electrónico se produce en todo el mundo

La ONU mantiene un monitoreo de la cantidad de residuos electrónicos producidos en el mundo. En su análisis, el Monitor Global de Residuos Electrónicos 2020 registró un récord de 53,6 millones de toneladas (Mt) de este tipo de desechos generados en todo el mundo en 2019. Esto representa un aumento del 21% en solo cinco años. Según el informe, Asia generó el mayor volumen de RAEE, unos 24,9 Mt, seguida de América (13,1 Mt) y Europa (12 Mt), mientras que África y Oceanía generaron 2,9 Mt y 0,7 Mt, respectivamente.

Con la vista puesta en la región, otro informe de la ONU, el Monitor Regional de Residuos Electrónicos para América Latina 2021, mostró que la generación de residuos electrónicos aumentó un 49% en nueve años, pasando de 0,9 Mt en 2010 a 1,3 Mt en 2019.

La encuesta tuvo en cuenta a los 13 países que participan en el proyecto UNIDO-GEF 5554, que ofrece una evaluación de las estadísticas, la legislación y la infraestructura de gestión de los residuos electrónicos y los contaminantes orgánicos persistentes en Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela. Líder en cantidad de residuos, Brasil, que sólo aparece en el informe global de la ONU, genera más de 2 millones de toneladas de RAEE al año.

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