Río Paraná: mueren casi el 60% de los animales que se enredan con plásticos

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Como en otras aguas del mundo, el río Paraná sufre de una alarmante contaminación por plásticos. El doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Conicet Martín Blettler es uno de los profesionales que está estudiando la misma y que busca concientizar a la población para revertir esta situación.

En 2017 Blettler y un equipo llevaron adelante un estudio sobre la contaminación plástica en la laguna Setúbal.

Cuando hablan de esta contaminación, se refieren a microplásticos, los mesoplásticos y los macroplásticos. Además, tuvieron en cuenta para esta investigación otros residuos de origen antrópico, como metales, vidrios, botellas, entre otros. “Empezamos un poco a analizar, a desmenuzar, lo que todo sabíamos que estaba y que era bastante obvio y que hemos transformado los cuerpos de aguas básicamente en basurales a cielo abierto”, expuso.

En lo que respecta concretamente a la laguna, el científico contó que se acumulan muchos residuos porque la corriente es muy escasa, mientras que en el río Paraná estos terminan aguas abajo porque hay una corriente más fuerte. “Eso hace que estemos en ciudades, como Paraná, escupiendo residuos hacía el río y de ahí continúan su camino, muchos quedan atrapados en las islas que están enfrente de la ciudad, otros en islas más abajo, otros atrapados en otros sectores de la planicie, algunos incluso en la laguna”, indicó el investigador sobre cómo es la dinámica de estos desechos.

“El río sigue en niveles bajos, históricos. Por ahora no hay miras, por lo menos en la proximidad, de que se recupere. El fenómeno que ocurre en conjunto con esto en cuanto a la contaminación por plásticos y por otro tipos de residuos también es que lo que se tiene simplemente es una mayor concentración”, dijo Blettler. Es decir que al haber menos agua los residuos se concentran y a su vez el río cuenta con menos capacidad de transporte porque hay menos caudal, menos velocidad de corriente y es más fácil encontrar los plásticos.

El doctor en Ciencias Biológicas reveló que hasta incluso registraron la presencia de macroplásticos enterrados y sobre las barrancas de algunos sectores del río Paraná. “Esos plásticos están hace docenas de años, literalmente, y se han ido acumulando, depositando en la misma medida los segmentos finos naturales que conforman la base de las islas”, declaró. El experto manifestó que las islas son estructuras morfológicas fluviales sumamente dinámicas, van cambiando de forma, por lo que en general cuentan un sector erosivo y otro de depositación.

Es el área de depositación donde se van acumulando los plásticos y terminan siendo cubiertos por sedimentos más finos. Luego la dinámica cambia por proceso natural y se descubrió que la barranca comenzó a erosionarse y en la cárcava que se forma es donde los investigadores registraron distintas profundidades y cantidades grandes de plásticos.

“Los compartimentos son distintos sectores en donde uno los puede encontrar (a los plásticos) del medio ambiente, uno es en las barrancas, otro en el agua misma, muchísimos en las playas”, dio a conocer el miembro del Conicet.

Por otro lado están los compartimientos biológicos y es donde se ven los efectos directos del plástico sobre la fauna. Este grupo además se divide en dos: “Uno es el compartimento biológico para los microplásticos, que la mayoría los encontramos ingeridos. Tenemos registrados en peces de origen comercial”. Ahora en el laboratorio están armando otro proyecto enfocado exclusivamente en la ingesta de microplásticos por parte de peces comerciales.

El otro compartimento biológico es el que ocurre con plásticos más grandes y se da fundamentalmente por enredos. Al respecto, explicó: “Muchos animales, fundamentalmente aves, interactúan con estos plásticos, como por ejemplo una tanza de pesca abandonada. Interactúan porque son animales curiosos, ven si no tienen una posibilidad de que sea algo comestible, que esté dentro de su dieta, lo tantean, muchas veces los buscan a los plásticos para lignificar”. Es en esta interacción cuando ocurre los potenciales daños, como que terminen quedando enredadas, situación de la que muchas veces no pueden salir de esa situación porque no hay ningún sistema evolutivo, tanto en aves como mamíferos y otros animales, que estén en consonancia con lidiar con un problema de plásticos debido a que es algo sumamente reciente y de origen antrópico. Por tal motivo no hay un pico lo suficientemente fuerte o afilado para cortar una tanza.

“Los impactos antrópicos son muchísimos más rápidos. Ese nuevo plástico es muchísimo más rápido que las posibilidades que tiene la fauna nativa de adaptarse a esa nueva situación”, señaló Martín Blettler. En este sentido hicieron un trabajo bajo el concepto de ciencia ciudadana, una invitación abierta a toda la ciudadanía para ayudar y jugar con los científicos. Tras esta iniciativa recibieron cientos de fotos que registraron este tipo de interacciones con distintos plásticos y animales, ya sean invertebrados, mamíferos, aves, reptiles, peces, un espectro muy grande. “Encontramos situaciones muy dramáticas, casi el 60% de los enredos que tenemos registrados terminaban en situaciones letales, terminaba muriendo el individuo que estaba interactuando con el plástico”, sentenció.

La colaboración ciudadana fue fundamental para poder registrar estas alarmantes situaciones: “Si hubiésemos salido nosotros, que somos cinco o seis en el laboratorio, a buscar eso con cámaras de fotos hubiésemos tardado años en registrar las cientos y cientos de cosas que la gente nos ha enviado”.

Para revertir estas gravísimas consecuencias para la fauna y la flora del río Paraná muchas organizaciones regionales y locales llevan a cabo actividades que buscan mitigar la contaminación por plásticos, como las jornadas de limpieza en playas. El punto más crucial de esto es la concientización. Al respecto, el investigador resaltó: “Si bien siempre va a ayudar levantar plásticos por supuesto que esa no es la solución del problema porque ahí estamos focalizando sobre las consecuencias del problema en vez de intentar evitarlo. Pero siempre, insisto, son muy bienvenidas este tipo de acciones porque existe el factor por detrás que es el factor visual, que mucha gente que no estaba interesada en el tema, que quizás no había escuchado hablar del tema simplemente ve o lee en las noticias un montón de gente juntando basura y ahí es donde entra en juego el factor de concientización”.

El humo de los incendios también afecta a los animales

Las quemas en el delta del río Paraná también desencadenan una serie factores de contaminación, los más importantes están dados por el humo. “A nivel global hay muy pocos estudios que hayan focalizado sobre el problema del humo sobre la fauna local”, precisó y aclaró que sí se están realizando algunos estudios sobre el impacto del humo en mamíferos.

Y por otro lado en la UNR hay un grupo que está trabajando en la recolonización de invertebrados. Sobre esto, el experto explicó: “Cuando se quema una isla queda un espacio donde no hay colonización porque se quemó toda la localidad. Entonces han encontrado que las nuevas especies que llegan no son las mismas que las que estaban. Eso obviamente forma un desequilibrio, en el sentido de que hay oportunistas que están aprovechando esa situación respecto el relativo equilibrio ecológico que se había alcanzado con las especies que previamente habitaban en el mismo lugar”. Blettler no integra el equipo de investigación que aborda esta temática, aunque sí colabora de vez en cuando, como otros científicos en el resto del país.

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