Sherpas quieren aprovechar el “cierre del Everest” para limpiarlo

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A causa de la pandemia del coronavirus, los permisos de escalada para las expediciones de esta primavera en Nepal están suspendidas. Los ochomiles ya están vacíos y todos aquellos que sobreviven todo el año con el negocio primaveral ven reducidos a cero sus ingresos y posibilidades de subsistencia el resto del año. La temporada está perdida. El Everest, acostumbrado en estas fechas a estar hiperrepleto, ahora está totalmente vacío.

Pero el Everest arrastra otra enfermedad, en este caso, casi crónica: la de la suciedad. Los kilos y kilos de escombros esparcidos por la montaña, a raíz del desorbitado número de expediciones la han convertido en un autentico vertedero. Pero ¿cuándo es buen momento para limpiarla?, ¿cuándo ha habido un momento climatológicamente óptimo para hacer ese reset necesario?

¿Por qué no limpiar el Everest ahora?

Puede que el buen momento sea ahora. Así lo ven los sherpas de la zona. La coyuntura actual ha hecho que dos problemas confluyan en el tiempo: la montaña no puede seguir acumulando residuos y la población no puede quedarse sin trabajo. A raíz de estas dos graves problemáticas, ha surgido la iniciativa de limpieza, ¿cuándo?: ahora. Esta es la propuesta de la población sobre la que pivota el debate con el gobierno.

Según los sherpas, y concretamente según Kami Rita Sherpa, quién más veces (24) ha coronado el Everest expone en la publicación Katmandú Post que “esta es una oportunidad de oro para el gobierno”. Las estadísticas gubernamentales indican que la cifra de guías de trekking y expedición en el país está en torno a los 16.000. Kami Rita Sherpa, sigue: “Supone poder emplear, entre porteadores y guías, a más de 3.000 de esos 16.000 parados (algo más del 20%)”. 

Reconducción de recursos económicos

“Así, la mala situación se aprovecharía para algo positivo”, expone el discurso sherpa. Para ello, una parte de los recursos que el gobierno recauda por la emisión de permisos y pago por derechos de ascensión y que invierte en promoción turística, en lugar de destinarlos a promoción, este año, se vuelque en el pago de los trabajos de limpieza. Convertir el paro en ocupación supondría, además que el gobierno evite una parte de la inexorable inversión en subsidios hacia la ocupación en pro de un bien necesario.

El pez que se muerde la cola

Entre abril y mayo de cada año, la época ideal para culminar los ochomiles nepalís, las expediciones gastan miles de dólares para conquistar el pico más alto del mundo, pero tras sus pasos queda un intolerable rastro de basura.

Sin embargo, aunque esto suponga un grave problema, el beneficio económico, totalmente preciso para la población, parece atenuar lo nocivo. Las temporadas se suceden, los kilos de basura crecen, pero es que guías de escalada, cargadores, hoteleros, propietarios cabañas y todas sus familias viven de estas entradas económicas. Subsisten durante todo el año con los cerca de 8000€ que ingresan de media por familia gracias al alpinismo de primavera. El pez se muerde la cola.

¿Reorientar las inversiones gubernamentales?

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que los particulares no son los únicos – y quizás tampoco los principales- beneficiarios de dicho negocio. El gobierno federal percibe millones en beneficios. Según Katmandú Post, los permisos de escalada le generan más que considerables ingresos. La obtención de permiso de ascensión, a los extranjeros, les cuesta 11.000$ y a ello se añade el presupuesto de la ascensión que, según el volumen del grupo expedicionario, oscila entre el mínimo de 40.000$ y puede llegar a la cifra de casi 100.000$. El Departamento de Turismo Nepalí ingresa una media de 4 millones de dólares en concepto de derecho de ascensión.  

Una parte de estos ingresos repercutidos en el gobierno se invierte en campañas promocionales de la zona, “vendiendo” turismo a través de “visitnepal”. Estas son precisamente las partidas a las que apelan los sherpas insistiendo en que, en lugar de pensar en subsidios, se les deje trabajar a cuenta de dicho presupuesto limpiando la montaña.

Entre las propuestas de inversión en la iniciativa, está la del Sherpa Kami Rita que concreta el montante en unos 1.000 millones de rupias para una campaña de tres meses, ya sea a través de las Inversiones planteadas hacia la captación de turismo, a responsabilidad social corporativa o a ambos.

Cuidados intensivos para una epidemia local: la de la magnitud de escombros

El problema de la suciedad afecta toda la cordillera del Himalaya porque, como se ha denunciado con intensidad en los últimos tiempos, la presión humana sobre la montaña es casi insostenible. La pasada primavera, sherpas de la Nepal Mountaineering Association retiraron y bajaron más de 10 toneladas de escombros, pero es muy difícil limpiar la montaña a fondo entre cientos y cientos de personas que están parados en caravana para subir. 

La actual normativa que deben cumplir los expedicionarios obliga a recogida e incluso a pago por posibles residuos generados. Al inicio de cada una de las expediciones, se obliga a que estas hagan un depósito de 4.000$, que se reembolsa a cada escalador cuando hace entrega de su cuota de deshechos. Pero -aunque algo es algo- no es suficiente. Tampoco es fácil. En el campo base (Norte y Sur) existen medios para deshacerse de los escombros, pero, a medida que se gana altura, deshacerse de ellos es cada vez más complicado. En el campo IV, a 7.906 metros de altura, se ha acumulado mucha basura.

Sea cual sea el motivo, las expediciones no cumplen al 100% con su compromiso de mantenimiento. Cuando llega la época del deshielo, afloran escombros por todas partes. En las ocasiones en que se han organizado expediciones de recogida de residuos, las cantidades recogidas se cuentan por toneladas. Entre los residuos, lo que más abunda son tiendas, bombonas de oxígeno vacías, cuerdas y envases de alimentos.

Entre lo hallable, se encuentran también los cadáveres no recuperados

En su proclama por el convencimiento al gobierno Kami Rita Sherpa añade que sería también la oportunidad de encontrar más cadáveres de los que ya se han recuperado en otras operaciones de este tipo, ya que, aunque intensas, quizás nunca lo han sido tanto como podría serlo esta. El reto del Everest, en su historia de ascensiones se ha cobrado unes 300 vidas y el número de cadáveres recuperados está solo en torno a los 100.

Por el momento, la propuesta del pueblo nepalí está en estudio.

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