El titular de la Asociación Participación Ciudadana reveló que los valores de “coliformes fecales” son “desopilantes” y “en algunos casos superan en mil veces los máximos permitidos”. Confirmó la presentación de una medida cautelar para que la Justicia obligue a realizar trabajos urgentes mientras se resuelve el fondo de la demanda por protección de intereses colectivos que presentó la ONG.
La Asociación Participación Ciudadana, que litiga judicialmente contra la contaminación de la costa del Canal Beagle, denunció ayer la existencia de “valores desopilantes de coliformes fecales” en los núcleos de agua de la ciudad.
A su vez, la entidad confirmó la presentación de una nueva medida cautelar para que la Justicia ordene la realización de otra serie de medidas urgentes (ya lo hizo en una oportunidad anterior) para atender los puntos más acuciantes de la situación.
El director ejecutivo de la ONG, Guillermo Worman, sostuvo que el disparador de esta reacción fueron las conclusiones “graves y preocupantes” manifestadas durante la audiencia pública convocada por la Justicia Civil la semana pasada, donde expusieron peritos expertos del Centro Austral de Investigaciones Científicas, dependiente del CONICET, y de la asociación Ingenieros Sin Fronteras.
La audiencia fue llamada por el juez Civil de Ushuaia Alejandro Fernández, en la causa por protección de intereses colectivos iniciada por Participación Ciudadana contra el gobierno provincial, el Municipio y la dirección de Obras Sanitarias, donde se requiere el cese de la contaminación costera por la falta de tratamiento de efluentes cloacales.
El caso tiene similitudes, en cuanto al procedimiento y el rol judicial, al que motivó un pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia para sanear la cuenca Matanza–Riachuelo.
“Lo que se desprendió de la audiencia pública es que Ushuaia tiene absolutamente abandonado el tratamiento de sus efluentes cloacales, que casi sin ningún proceso son vertidos crudos al mar”, explicó Worman.
El dirigente social detalló que de las 17 plantas elevadoras que constituyen el sistema de cloacas, “sólo funciona una y el único emisario submarino está roto. Lo único activo son unos caños tipo by pass que descargan líquidos directamente a la bahía”, señaló.
También precisó que cuando “el máximo de coliformes fecales es de 5 mil en cualquier cause de agua urbano y de 20 mil en el mar, hay turbales con 5 millones 400 mil coliformes, o sea mil veces más, a lo que se suman sitios con menores niveles de oxígeno en el agua de lo permitido”.
Worman sintetizó la situación como “una ultracontaminación en todos los núcleos de agua de la ciudad”, y cargó contra el Estado provincial y municipal por “no cumplir con sus obligaciones en esta materia”.
El juez Fernández escuchó en la audiencia a dos miembros de la entidad civil demandante: el doctor en Biología Daniel Fernández y el abogado Manuel Raimbault, mientras que como expertos declararon la ingeniera Alejandra Portatadino, por Ingenieros Sin fronteras y dos investigadoras del CADIC– CONICET.
La ministra de Obras Públicas de la provincia. Graciela Muñiz Sicardi, explicó que el gobierno ya elaboró a través de una consultora privada un Plan Rector de Agua y Cloacas, pero admitió que las primeras obras recién estarían terminadas “entre 2017 y 2020”, respuesta que no satisface a los ambientalistas.
“Ya no hay largo plazo. Tenemos un riesgo concreto para la salud de la población y para el ambiente. En el Beagle está modificándose la vida marina mientras las autoridades alegan problemas de jurisdicción y abandonan el mantenimiento de las plantas elevadoras”, insistió Worman.
El Diario del Fin del Mundo
