Argentina: Tres reservas naturales de Buenos Aires para recorrer en vacaciones

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Administradas por el organismo ambiental bonaerense, las Áreas Naturales Protegidas conservan su biodiversidad, tienen servicio de guardaparques, visitas guiadas y precios accesibles. Con paisajes de sierras, bosques, playas, ríos, selva y espacios verdes para disfrutar al aire libre: una alternativa diferente por fuera de las grandes ciudades.

 
Parque Provincial Ernesto Tornquist
 
A 600 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra este Parque Provincial y reserva natural que contiene al Cerro de la Ventana, una formación que puede apreciarse desde el ingreso al parque y también con una de las visitas guiadas de mayor duración.
En este parque hay circuitos guiados de alta, media y baja dificultad. Los aficionados a estas actividades, tienen propuestas de senderismo de hasta 6 horas de duración como es la Garganta del Diablo o Hueco de la Ventana, donde encontrarán grandes saltos de agua; otros destinos son los piletones naturales, las cuevas arqueológicas y la Cueva del Toro, donde aún permanecen las pinturas rupestres que realizaran las tribus de cazadores que habitaron hace miles de años esa región. 
 
Reserva Geológica, Paleontológica y Arqueológica Pehuen Có – Monte Hermoso
 
Ideal para aquellos que buscan lugares donde observar arqueología prehistórica y gustan de caminatas por la playa. La Era Cuaternaria se conserva a través de fósiles y huellas que pertenecieron a los grandes mamíferos extintos como el Megaterio o el Toxodon. Incluso hay huellas de pies humanos de 7 mil años de antigüedad.
El paisaje es típico de la costa bonaerense, dunas con vegetación entre los que aparecen cuerpos de agua temporales. También se puede realizar avistaje de aves como el pecho amarillo, ñandú y carancho, entre otros.
 
Isla Martín García
 
Para llegar hay que navegar desde el puerto de Tigre, durante 3 horas. Ubicada en la confluencia del río Uruguay y el Río de la Plata, aquí conviven la historia y la naturaleza. Sus costas con playas naturales de rocas y arena ofrecen un paisaje muy particular gracias a la enorme variedad de aves, como garzas, patos y gallaretas. También es frecuente encontrar tortugas de agua y carpinchos. Tiene un Museo Histórico, la cárcel donde hubo personajes de nuestra historia, la casa del poeta Rubén Darío y la Panadería de la Isla, que data de 1913, donde elaboran un pan dulce memorable.
Se pueden hacer caminatas nocturnas y safaris fotográficos. Hay hasta un laberinto de vegetación para jugar en familia.
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