A la par con Santiago de Chile o la ciudad de Valparaíso, Viña del Mar es uno de los destinos turísticos más importantes de Chile. Durante años ha estado a la sombra de otras zonas de la región de Valparaíso que siguen siendo únicas no sólo a nivel nacional sino internacional, como la Isla de Pascua o los Andes. Sin embargo, en los últimos tiempos esta ciudad costera se está reinventando como centro no sólo de vacaciones. También de organización de eventos, tanto culturales como de negocios con base en el turismo sustentable.
Viña del Mar se conoce como “Ciudad Jardín”, y eso es precisamente lo que ha estado explotando recientemente: su funcionalidad como ciudad dotada de una buena logística, junto con una situación natural excelente. De camino entre la capital del país y Valparaíso, Viña del Mar cuenta con unas comunicaciones estupendas. A eso se le suma un clima templado, que no suele bajar de los 20 grados centígrados en invierno, y un núcleo urbano plagado de espacios verdes. Es un centro neurálgico del país. Se conoce tanto por la gran cantidad de centros comerciales de los que dispone, como por ser considerada también una ciudad balneario.
El propio nombre de la ciudad deja claro cuáles son dos de las principales atracciones de este lugar privilegiado. Viña del Mar está bañada por el Océano Pacífico y goza de todas las ventajas que ofrece el agua. Entre la diversa oferta turística con la que cuenta, se encuentra la visita a una extensa zona de viñedos que rodea la ciudad. Mar, ciudad y campo, una combinación difícil de rechazar.
Sea por su atractivo natural o por lo que se ha construido en Viña del Mar para que se convierta en una ciudad para turistas, lo cierto es que el número de visitantes no deja de crecer. A pesar de ello, el proyecto de desarrollo de la ciudad como destino enfocado a tipos de turismo muy diverso se ha hecho pensando en la sustentabilidad.
En uno de los productos estrella de la zona, el vino, se viene trabajando desde hace años en la protección del ecosistema, informando a los productores y poniendo en valor la importancia de preservar la riqueza natural de los viñedos.
Además de trabajar en el medioambiente, Viña del Mar también lleva tiempo haciendo hincapié en la educación. Desde hace más de ocho años, la universidad local ofrece una licenciatura en Ecoturismo, una carrera que en Chile tan sólo se ofrece en Santiago.
Ahora, del mismo modo que se ha hecho en agricultura y en el sector académico, también en el sector empresarial del turismo parece haberse llegado a la conclusión -o al menos empieza a estar presente esta idea- de que la explotación sin control es totalmente contraproducente, no sólo a nivel medioambiental sino también económico. El maltrato del ecosistema supone inevitablemente, y hablando en plata, acabar con “la gallina de los huevos de oro”.
La Ciudad Jardín de Chile desea que se conozcan, y reconozcan, los esfuerzos de varios sectores de una sociedad que se intenta poner de acuerdo para trabajar en una misma dirección: la sustentabilidad de las actividades turísticas en una ciudad moderna y a la vez respetuosa con el medioambiente.
