¿Conocés la ciudad encantada que brinda un espectáculo natural en invierno?

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La Ciudad Encantada, es un sitio que parece sacado de un cuento de hadas, se transforma bajo un manto de nieve durante el invierno y ofrece un espectáculo natural digno de ser explorado. Descubrí este rincón mágico de España.

Situada a apenas treinta kilómetros de Cuenca, en la tranquila pedanía de Valdecabras, es fruto de una naturaleza caprichosa y el paso del tiempo.

Este sitio, inmerso en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca, es un claro ejemplo de paisaje kárstico, donde la historia geológica se une con el arte natural para crear un museo al aire libre de formas rocosas que desafían la imaginación: desde la cara de un hombre, hasta la silueta de un barco, pasando por los famosos Amantes de Teruel.

El arte natural: La génesis de un paisaje encantado

La historia geológica de la Ciudad Encantada comienza hace 90 millones de años, en los fondos del antiguo mar de Thetis. Con el tiempo, este paisaje calcáreo emergió, esculpido por el clima y el desgaste natural, creando formas rocosas que evocan figuras. Este proceso natural ha convertido al área en un icono geológico, con el Tormo Alto presidiendo el paisaje.

Un recorrido circular por un museo natural

La visita a la Ciudad Encantada en invierno es una experiencia única. El recorrido es circular, abarcando unos tres kilómetros y unos 1.500 metros de altitud. Aunque el frío puede ser intenso, el paisaje nevado ofrece una belleza inigualable. Eso sí, es importante ir preparado para el clima y tener en cuenta que el camino, aunque sin pendiente, puede presentar desafíos para carros o sillas de ruedas. Sin embargo, la recompensa de completar esta ruta es una experiencia inolvidable, cargada de magia y belleza natural.

La entrada a esta finca privada tiene un costo simbólico, destinado a la conservación y mantenimiento del parque, asegurando que su belleza perdure para futuras generaciones.

Descubriendo la Serranía de Cuenca: tesoros ocultos en invierno

Más allá de la Ciudad Encantada, la Serranía de Cuenca es un compendio de maravillas naturales que brillan con luz propia bajo la nieve en invierno. Desde las lagunas del Tobar y de Uña, hasta el Ventano del Diablo, pasando los nacimientos del río Júcar y Cuervo, cada rincón de esta región ofrece paisajes y experiencias únicas para los amantes de la naturaleza.

No muy lejos de la Ciudad Encantada se encuentra la Hoz de Beteta y el Balneario de Solán de Cabras, donde puedes encontrar espacios de relax y conexión con el entorno, demostrando que la Serranía de Cuenca es un destino incomparable en cualquier época del año.

Gastronomía serrana: Un deleite para los sentidos

No se puede hablar de la Serranía de Cuenca sin mencionar su rica gastronomía, herencia de su patrimonio natural y cultural. Platos como el morteruelo, los zarajos, las setas de temporada y las carnes de caza, son un reflejo de la vida en estas montañas. Una visita a la serranía en invierno ofrece la perfecta excusa para disfrutar de estos manjares, en una experiencia que deleitará hasta el paladar más exquisito.

Serranía de Cuenca un destino por descubrir este invierno

La Ciudad Encantada de Cuenca es un destino dónde descubrir la magia de la naturaleza en invierno. Un lugar en el que sentir el silencio de los bosques nevados y disfrutar de las maravillosas formas que el tiempo ha esculpido en la roca. Es un lugar para disfrutar de la historia que se escribe en piedra.

Ya sea solo, con familia o acompañado de un leal amigo de cuatro patas, la Ciudad Encantada de Cuenca ofrece una experiencia inolvidable, un recuerdo que, como las rocas milenarias, permanecerá contigo para siempre. ¿Te atreves a explorar este rincón encantado? La aventura invernal te espera.

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