Machu Picchu y la importancia de apostar a un turismo responsable y consciente

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Machu Picchu es una de las atracciones turísticas más impresionantes del mundo. Esta antigua ciudad construida antes del siglo XV -ruina del poderío del Imperio Inca- es una imponente maravilla que reúne a miles de visitantes diarios ansiosos por conocer las leyendas y los mitos que esconden las miles de escalinatas, muros de piedra y el silencio que ronda en el pico más alta de las ruinas.

Es famosa a nivel mundial desde el viaje exploratorio del estadounidense Hiram Bingham en 1911. Fue reconocida en 1983 como patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco y desde 2007 es considerada una de las nuevas siete maravillas del mundo y un destino que se encuentra en el radar del turismo.

Hace ya 100 años que el explorador estadounidense Hiram Bingham descubrió y lanzó a la fama a la ciudadela inca de Machu Picchu. Sin embargo, según dijo a la BBC César Moreno-Triana, especialista en Patrimonio de la Humanidad de la Unesco: ‘Las muchas preguntas que rodean la historia de Machu Picchu siguen siendo de gran debate científico así como la evidencia científica sobre su ‘descubrimiento’ a principios de 1900 que todavía es escasa’.

Con enormes muros, pasillos empedrados y restos del imperio, fue construido a más de 2.400 metros sobre el nivel del mar en el punto en el que se encuentran los Andes peruanos y la Cuenca Amazónica, constituye una de las maravillas con más caudal turístico lo cual le fue trayendo problemas a medida que iba pasando el tiempo.

Los muros y construcciones incas de Machu Picchu están preservados casi a la perfección aunque con el transcurso de los años y las abundantes lluvias fueron desapareciendo escalones y techos que constituían la ciudadela peruana, pero peor aún fue la inconsciencia de los turistas en tirar residuos y traspasar las zonas de seguridad, lo que dejó secuelas.

Desde su construcción original pasaron 500 años. Fue gracias al trabajo de la Unesco y del esfuerzo por querer resguardar a toda costa las ruinas que debatieron durante años sobre la cantidad adecuada de turistas que podían ingresar por día.  En el 2001 la Unesco sugirió 917 visitantes al día, pero tras varias negociaciones se acordó el acceso de 2500 personas y transitar por sólo tres caminos aprobados así como la promoción por un turismo responsable.

Por otro lado, desde enero del próximo año podrá ser visitada en tres franjas horarias: el primero será de 6, 7 y 8 de la mañana; el segundo de 9  10 y 11 de la mañana mientras que el tercero será de 12, 1 3 y 14 de la tarde.

A pesar de que algunos estudios indican que el cambio climático y el exceso de turistas podría hacer desaparecer Machu Picchu y que se está degradando a un ritmo nunca antes visto, desde el gobierno de Perú se incrementaron las acciones para intentar preservar, concienciar a los miles de turistas que tuvieron el placer de conocer un destino que aguarda tesoros de todo tipo.

Aunque son muchos los misterios que jamás se develarán de estas ruinas antiguas, las esperanzas de poder preservar una maravilla única en el mundo que reúne a visitantes y locales que aprovechan para conocer la cultura, historia y los paisajes únicos que reúne Perú.

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