“Hay 80 millones de turistas observadores en el mundo, y sus gastos están calculados más o menos en 1.000 dólares diarios”, comentó Jorge Palen, el creador del Club de Observadores de Aves de Salta (COA).
En este sentido, detalló que se trata de “un turista bueno, que no es exigente porque sabe que tiene que parar en la selva o el campo, pero que gasta mucho porque necesita medios de transporte especiales, lugares especiales y guías especiales. Esto lo convierte en una posibilidad muy importante” para la provincia.
La región de Salta cuenta con 654 especies de aves, que representan aproximadamente el 65% de las que posee el país, lo que la coloca como “una de las provincias con más especies en la Argentina”, indicó Ana Cornejo, subsecretaria de Desarrollo del Ministerio de Cultura y Turismo provincial.
Además, esta provincia norteña posee la mayor concentración de AICAS (Áreas Importantes para la Conservación de las Aves) del país, que son 30, debido a la diversidad de ambientes, que van desde la Puna y los Altos Andes a la Selva de Yungas y el Monte Chaqueño.
“El avistamiento de aves es uno de los productos con mayor potencial para desarrollar en los próximos años”, destacó Cornejo, quien comentó que se buscará disponer de recursos del crédito de 34 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobado para la provincia, para este rubro.
La funcionaria precisó que el dinero se destinará a obras de infraestructura como senderos y observatorios, y a la preparación de guías y emprendedores, y agregó que el principal desafío es “desarrollar el recurso humano para que esté a la altura del producto”.
“Estamos avanzando en todas estas medidas en una mesa de trabajo integrada por biólogos, referentes de la ornitología, actores del ámbito privado, y con otra gente relacionada con la temática”, señaló Cornejo.
La meta es “que el producto sea más masivo” y que se convierta en “una actividad complementaria de aquel turista que llega con la intención de tener más contacto con la naturaleza y le interese aprender sobre el tema”.
Palen retomó el tema de los turistas que se dedican al avistaje de aves, y destacó que Salta tiene 10 ó 12 endemismos, especies que sólo se dan en esos lugares, como sucede con el ganso salvaje, que sólo está en el mundialmente conocido Bañado del Quirquincho -Joaquín V. González-, y que se creía extinguido.
Otros de los endemismos más atractivos son “el guacamayo verde, que también se creía extinguido, y el cerquero amarillo, que habita la zona de Rosario de la Frontera”.
“El turista avistador va a los lugares donde hay endemismos, cosas raras, aves distintas”, agregó.
El COA es un club de avistadores patrocinado por la asociación ornitológica Aves Argentinas. Existen más de 60 en el país que nuclean a los aficionados a la observación de aves, movilizados por el interés en la conservación de las especies y de su hábitat natural.
Palen destacó el interés del sector público, que decidió encarar este tema como uno de los principales ejes de su plan estratégico de turismo para los próximos 20 años, junto con la pesca con devolución y el montañismo.
“Hay tareas importantes en los próximos tiempos como la construcción de senderos, observatorios y señalética. Ya se dio un paso muy trascendente con el registro y listado de las aves, que para el turista avistador es de relevancia”, concluyó Palen.