Al menos una decena de empresas ofrecen viajes y opciones para que los denominados “turistas de guerra” recorran zonas en conflicto. Es el caso de Ucrania, cuyos atractivos aumentaron en los últimos meses alrededor de esta variante marginal y particular.
Antes de la guerra, el país ya recibía cada año a decenas de miles de turistas para visitar Chernóbil, donde en 1986 se produjo la peor catástrofe nuclear de la historia.
Sin embargo, las escenas como consecuencia del conflicto bélico generaron un atractivo en un grupo que, asegura, visita la zona “con respeto”.
Turistas de guerra: el fenómeno que crece
War Tours, que organizó el viaje del youtuber español Alberto Blasco Ventas, quien compartió su travesía en redes, afirma que tuvo unos 30 clientes en lo que va de año.
Principalmente, son europeos y estadounidenses que pagan entre 150 y 250 euros (157 a 262 dólares) por la visita.
Parte de las ganancias se donan al ejército, según indicó a la agencia AFP el cofundador de la empresa, Dmitro Nikiforov. Insiste en que “no se trata del dinero, sino de rememorar la guerra”.
Svitozar Moiseiv, gerente de la empresa turística Capital Tours Kyiv, considera por su parte que los beneficios son insignificantes, pero que las visitas tienen valor educativo.
“Es como una vacuna para impedir que esto vuelva a ocurrir”, comentó.
En primera persona
El turista estadounidense Nick Tan, que trabaja en una empresa de tecnología en Nueva York, brindó su testimonio al viajar más allá de Kiev.
En julio visitó Járkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania y que enfrenta constantes bombardeos de las fuerzas rusas, situadas a unos 20 kilómetros de distancia.
“Quería verlo porque creo que nuestras vidas en Occidente son demasiado cómodas y fáciles”, explicó Tan, de 34 años.
El turismo “oscuro” que genera polémica
Según Mijailina Skorik-Shkarivska, concejal de Irpin y exvicealcaldesa de Bucha, a la mayoría de los residentes no les importa el “turismo oscuro”, pero otros lo consideran “dinero ensangrentado”.
“Hay acusaciones: ‘¿Por qué vienen? ¿Por qué quieren ver nuestro dolor?'”, comentó la concejal, en relación con conversaciones que ha tenido con vecinos.
Mariana Oleskiv, encargada de la Agencia Nacional de Desarrollo Turístico, admite que el turismo de guerra plantea muchas dudas éticas, pero afirma que el mercado podría crecer.
El año pasado, el país registró 4 millones de visitantes extranjeros. Según Oleskiv, el doble que en 2022, aunque se trata principalmente de visitas de negocios.
Ucrania se prepara ahora para la posguerra y ya firmó acuerdos con Airbnb y TripAdvisor. “La guerra llamó la atención sobre Ucrania, así que tenemos una marca más fuerte. Todos saben de nuestro país”, sostuvo Oleskiv.
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