Las termitas, arquitectas por naturaleza: utilizan la biodiversidad para construir verdaderos ecosistemas

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En medio de las áridas y poco exploradas llanuras del noreste de Brasil, un descubrimiento arqueológico y biológico sorprendió a la comunidad científica. Millones de montículos de tierra, distribuidos de forma uniforme sobre un vasto territorio, resultaron ser obra de una colonia de termitas que lleva siglos modelando el paisaje.

Investigadores de la Universidad de Salford (Reino Unido) y la Universidade Estadual de Feira de Santana (Brasil) analizaron una vasta región de la caatinga, un ecosistema seco dominado por matorrales espinosos. Lo que encontraron superó cualquier expectativa: una vasta red subterránea que construyeron las termitas de la especie Syntermes dirus, que abarca aproximadamente 230.000 kilómetros cuadrados, equivalente al tamaño del Reino Unido.

Utilizando drones, imágenes satelitales y análisis del terreno, los científicos identificaron cerca de 200 millones de montículos de tierra, cada uno de hasta 2,5 metros de altura y 9 metros de diámetro, construidos grano a grano por estos insectos. En total, las termitas habrían desplazado alrededor de 10 millones de metros cúbicos de suelo, en una proeza de ingeniería natural sin precedentes.

Las termitas construyeron estructuras que les permiten del calor y los depredadores. Foto: Diario Uno.
Las termitas construyeron estructuras que les permiten del calor y los depredadores. Foto: Diario Uno.

Una ciudad subterránea milenaria

Bajo cada montículo se extiende una compleja red de túneles que permite a las termitas moverse bajo tierra, protegidas del calor extremo y de los depredadores. Estos túneles conectan zonas de forrajeo, facilitando el acceso a hojas y raíces sin exponerse a las duras condiciones del desierto.

Los montículos funcionan como torres de ventilación y puntos de referencia permanentes en el paisaje, lo que da cuenta de una planificación impresionante sin la necesidad de planos. Además, los estudios de datación revelaron que algunas de las estructuras que construyeron las termitas tienen hasta 3.820 años de antigüedad, lo que las convierte en una de las construcciones más antiguas hechas por seres vivos, más antiguas incluso que muchas edificaciones humanas.

Cómo las termitas benefician al ecosistema

Aunque suelen ser vistas como plagas en entornos urbanos, las termitas juegan un rol esencial en muchos ecosistemas naturales. Su impacto en el medio ambiente es amplio y positivo:

  • Mejoran la fertilidad del suelo: al remover y airear la tierra, favorecen el drenaje y la circulación de nutrientes.

  • Facilitan la descomposición: sus hábitos de alimentación ayudan a descomponer materia orgánica como hojas secas y madera, acelerando el reciclaje de nutrientes.

  • Aumentan la biodiversidad: los montículos de termitas pueden ser refugio y hábitat para otras especies, como insectos, reptiles y mamíferos pequeños.

  • Mitigan la erosión: sus estructuras estabilizan el suelo y lo protegen frente a la acción del viento y la lluvia.

En ecosistemas frágiles como la caatinga brasileña, donde la vegetación escasea y las condiciones climáticas son extremas, las termitas actúan como ingenieras ecológicas, promoviendo la resiliencia y sostenibilidad del entorno.

Fuente: Diario Uno.

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