Compromiso con la naturaleza: un vecino de Banfield regala árboles para fomentar la conciencia ambiental

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Desde su hogar en Banfield, Néstor Leverone ha encontrado una forma sencilla pero poderosa de contribuir al cuidado del planeta: regalar árboles que él mismo siembra y cuida, para que sean plantados en distintas zonas.

Su iniciativa tiene un mensaje claro: cada persona que recibe un árbol debe ser responsable de su crecimiento y protección.

“Solo pido que los cuiden, que los ayuden a crecer”, expresa Néstor en dialogo con La Unión, quien considera que plantar árboles es una acción fundamental para el bienestar del planeta.

Cómo nació su proyecto de reforestación

Con un pequeño espacio verde en su casa, Néstor cuida cada árbol desde su nacimiento, salvando semillas y pequeños brotes de ser pisoteados o cortados.

Cuando tiene árboles listos para regalar, los ofrece a vecinos y amigos interesados en sumarse a la causa.

Su iniciativa ganó mayor reconocimiento cuando se acercó al Vivero Los Tilos de Banfield, donde dejó varios árboles para ser distribuidos gratuitamente.

“Tamara, la responsable del vivero, aceptó la propuesta y compartió mi acción en redes sociales. Gracias a eso, ahora esos árboles están en distintos jardines de la zona”, cuenta con orgullo.

El impacto de su labor en diferentes localidades

Néstor ha recorrido varios pueblos para fomentar el cuidado de los árboles, entregando ejemplares de:

  • Fresnos y paraísos.
  • Plátanos y nísperos.
  • Paltas y otras especies nativas.

Además, destaca que muchas personas desconocen la importancia de la plantación de árboles, por lo que su misión también implica educar y concientizar.

“Los árboles nos brindan oxígeno, sombra y vida, pero no todos saben cuánto aportan. Hay que enseñar a las nuevas generaciones su verdadero valor”, explica.

Regalar árboles: un legado verde para las futuras generaciones

Para Néstor, esta acción tiene un propósito profundo: dejar un mejor mundo para sus nietos.

“Si queremos grandes cambios, hay que empezar con pequeños actos. Los niños deben aprender desde chicos, y los adultos también deben sumarse. Siempre hay espacio para plantar, si realmente se quiere”, concluye.

Su ejemplo demuestra que cada persona puede hacer la diferencia, contribuyendo con acciones simples pero significativas en la conservación del medio ambiente.

*Foto de portada: La Unión

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