El Juzgado de lo Penal número 3 de Santander condenó a dos años de cárcel al ganadero de Valdeolea que repartió cebos envenenados por distintos puntos de la zona, que provocaron la muerte de una treintena de animales, entre ellos once milanos reales, especie en peligro de extinción.
Además, la jueza ha impuesto a una indemnización de 188 euros al Gobierno de Cantabria, así como el pago de las costas procesales.
Según la sentencia el acusado es responsable de un delito continuado contra la fauna, y se le ha impuesto también la pena de inhabilitación especial para la profesión de ganadero o cualquier otra relacionada con la ganadería por el plazo de dos años, así como la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de cazar durante cuatro años.