El 16% de la superficie de Brasil podría convertirse en un territorio desértico, denunciaron especialistas en el marco del Día Mundial de Lucha contra la Desertización y la Sequía, impulsado por las Naciones Unidas y que se celebra en todo el mundo.
‘Desgraciadamente es un problema aún poco discutido en Brasil, pero es un problema muy serio’, afirmó André Ferreti, gerente de estrategias de conservación de la Fundación Grupo Boticario de Protección a la Naturaleza.
El proceso de desertización se produce cuando el suelo pierde su capacidad productiva por falta de nutrientes, lo que lo convierte en un territorio estéril y árido.
Ferretti denunció que ‘la sobreexplotación de las tierras en Brasil está muy por encima de lo que el suelo puede soportar’ y señaló al ser humano como principal ‘causa’ del deterioro del suelo.
Además de la tala de árboles, el cultivo de plantaciones no autóctonas o el pastoreo de grandes rebaños de ganado pueden dejar a las tierras sin nutrientes.
Según datos del Ministerio brasileño de Medio Ambiente, 1,34 millones de hectáreas en once estados el país están clasificadas como Áreas Susceptibles de Desertización, lo que afecta a cerca de 35 millones de habitantes.
La situación es especialmente grave en el nordeste del país, donde más de 1,26 millones de kilómetros cuadrados, según datos de la estatal Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria, se encuentran en estado de ‘degradación extrema’ del suelo, lo que las expone a una posible desertización.
Ante esta situación el Gobierno instauró en marzo pasado la Cámara de Combate a la Desertización y Mitigación de la Sequía, con la finalidad elaborar propuestas para reglamentar posibles acciones que hagan frente a la emergencia.
El problema, sin embargo, es que ‘tanto los productores rurales como las autoridades tienen pocos recursos para invertir en programas de desarrollo sostenible’, señaló Ferretti.