Sadiman plantó durante 23 años más de 11.000 árboles en el centro de la isla de Java ha logrado revertir los estragos de las sequías y la deforestación y ha recibido el reconocimiento del Gobierno.
Árbol a árbol en 250 hectáreas de bosque, Sadiman ha dedicado esos años a devolver el agua a la zona, combatir la erosión y conservar el ecosistema, desde que la deforestación se intensificara hace dos décadas a causa de varios incendios consecutivos, en la ladera sur del volcán Lawu, según indicó el lunes la agencia de desastres indonesia (BNPB) en un comunicado.
La agencia y líderes del Gobierno local le entregaron el domingo en su pueblo, Geneng, 7.000 dólares por “inspirar a la gente” y realizar su tarea “sin recibir ningún pago ni esperar nada a cambio”.
El baniano es el nombre que reciben varias especies de ficus, que almacenan agua y en la isla de Java son considerados árboles sagrados según las creencias animistas locales, lo que impidió que los aldeanos no talasen los que Saliman plantaba.