El consumo de aparatos electrónicos en nuestro día a día hace que cada vez generemos más desperdicios de este tipo.
Las razones que explican este crecimiento del volumen de residuos electrónicos son, fundamentalmente, el aumento del consumo de tecnología y un mal tratamiento de los componentes de los aparatos cuando se dejan de usar.
Se estima que cada año se generan unas 50 millones de toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, lo que la convierte en el tipo de basura que más rápido crece en la actualidad.
Una de las consecuencias más graves que tiene el incremento de estos desperdicios, es que la inmensa mayoría de los aparatos electrónicos contienen elementos tóxicos como el bromo, cadmio, fósforo o mercurio, que si no se tratan adecuadamente pueden provocar grandes daños al medioambiente y a la salud de las personas.