Falleció uno de los íconos de la Reserva de Horco Molle. Se llamaba Inés y era un tapir de 34 años.
Inés había nacido en 1982 en Aguas Chiquitas y fue derivada siete años después a la reserva tucumana donde permaneció hasta su muerte.
Llegó a ser una de las tapires en cautiverio más viejas del mundo y la mayor del país. Falleció luego de una serie de tratamientos e intervenciones quirúrgicas que no tuvieron un buen resultado.
Al decidir operarla, los responsables de la reserva tuvieron que hacer exhaustivas investigaciones para entender cómo actuar. Un mes tardaron los especialistas en preparar la intervención que realizaron los veterinarios junto a cirujanos del Sanatorio Rivadavia. Al principio pareció tener buenos resultados, pero con el correr de los días la situación volvió a empeorarm según explicó Juan Pablo Juliá, director de la Reserva de Horco Molle.