Las precipitaciones extremas y el aumento promedio de las temperaturas son los efectos más nocivos que el cambio climático provoca y provocará en la Argentina hasta fines de siglo.
Estos dos fenómenos producen, según la región que se analice, una mayor cantidad de inundaciones, por un lado y, sequías, por el otro; olas de calor más prolongadas e intensas en los centros urbanos; propagación de enfermedades, como el dengue, y derretimiento de glaciares, entre otros.
Así lo alertan los investigadores del Conicet Vicente Barros e Inés Camillon en el libro La Argentina y el cambio climático. De la física a la política, presentado en la sede del Servicio Meteorológico Nacional.
El alerta llegó en un año de intensas lluvias y desbordes de ríos y lagunas que han dejado ciudades bajo el agua en varias provincias, rutas anegadas y pérdidas millonarias en el sector de la producción agrícola. Los datos que el SMN recopila desde hace 145 años revelan que el volumen de lluvias creció 20% entre 1961 y 2010 y que la temperatura, en promedio, subió 0,5°C.
Para los próximos 25 años se proyecta una aceleración de ese aumento y la región con mayores cambios sería el noroeste del país, con subas de hasta el 1,5°C.