Los niveles de contaminación en las ciudades chinas empeoraron en la primera mitad del 2017 con respecto al mismo periodo de 2016, debido principalmente a la grave presencia de esmog en los meses de enero y febrero, de acuerdo con datos del Ministerio de Protección Ambiental de China.
Como media, un 25,9% de los días en los primeros seis meses del año no tuvieron una buena calidad de aire en las 338 principales ciudades del país, 2,6 puntos porcentuales más que en en el mismo periodo de 2016.
Las frías temperaturas en enero y febrero, que dispararon el empleo de carbón para calefacción, fueron según el portavoz ministerial, Liu Youbin, la razón principal de ese aumento, que no pudo paliarse con la mejora de la calidad de aire entre abril y junio, cuando incrementaron las inspecciones contra empresas contaminantes.
En Pekin, una de las capitales más contaminadas del mundo, sólo un 55,3% de los días de la primera mitad del año tuvieron calidad de aire ‘buena’, en comparación con el 61,1% del primer semestre del pasado año.
Un estudio elaborado por expertos chinos, de Estados Unidos y de Francia, apuntó que el gigante asiático requiere una década para que sus niveles de contaminación se rebajen hasta ser los de hace 40 años, cuando inició el despegue económico del país.