El cambio climático conlleva un aumento de la frecuencia, la intensidad y la duración de las sequías y también un incremento de la temperatura y esto hará que la zona del Mediterráneo sea cada vez más árida.
Un equipo español liderado por Josep Peñuelas ha elaborado una investigación que recopila estudios, experimentos y datos obtenidos en el campo durante un largo periodo de tiempo en tres ecosistemas mediterráneos terrestres catalanes.
Esta revisión concluye que el cambio climático ya está alterando bosques y matorrales mediterráneos, y que la tendencia se agravará en las próximas décadas.
La sustitución de unas especies por otras más resistentes, o incluso de bosques mediterráneos por matorrales, serán las consecuencias más visibles del cambio climático.
Conocer mejor la capacidad de las plantas para aclimatarse y adaptarse a las nuevas condiciones, y una gestión forestal efectiva deben ser prioritarias para minimizar sus efectos.